posición de servicio

Buenos días, hermanos en Cristo Jesús:
Estaba leyendo vuestras intervenciones.
Todas las experiencias que he tenido nunca fueron dentro de la iglesia local donde soy miembro.
De manera que desconocía por completo si tenía algún don espiritual o algún ministerio.
Me dieron oportunidad de predicar en las células de oración, y los jueves, dar clases a recién convertidos, y los sábados predicar a los jóvenes.
Todas estas responsabilidades las cumplía como un miembro en plena comunión.
Un pastor amigo mío que pastoreaba en una iglesia que pertenecía a la denominación donde nací de nuevo, (me bauticé en otra denominación) me pidió que le acompañase a varias casas de creyentes para vender ropas para niños. Y por lo general, le pedían al pastor que orase por ellos. Para un ignorante como yo, grande fue mi sorpresa, que de pronto mi corazón comenzó a latir aceleradamente, y no sé cómo, ya sabía que debía acercarme a esa persona por quien se debía orar, (era al pastor que le dijeron para orar) no tenía la menor idea qué debía decir en oración (creyentes desconocidos) así que me acercaba con temor por eso. Cuando apenas tocaba con las yemas de los dedos el hombro del creyente, comenzaba a brotar fluidamente de mis labios en castellano palabras que sólo me limitaba a escuchar lo que salía de mi propia boca. Sabia lo que decía, pero ignoraba por qué lo decía, en mi corazón se instalaba una firme convicción o certeza de lo que fluía de mi boca. Me escuchaba hablar palabras de consuelo, palabras de reprensión, palabras de consejo, y no eran palabras genéricas sino palabras con necesarios detalles acerca de asuntos personales. De manera que, dicho pastor, cada vez que mi persona podía, me solicitaba le acompañe.
Actualmente el pastor recibe invitación de diversas iglesias en diversos lugares del país.
Me refiero a Las Asambleas de Dios del Perú. Denominación donde nací de nuevo.
Sin embargo, en la denominación donde me bauticé, La Iglesia Evangélica Pentecostal de Jesucristo, nunca tuve esas experiencias.
Hasta ahora se mantiene en mi persona esas experiencias espirituales. Siempre es así: mi corazón comienza a latir aceleradamente, tengo la percepción que debo hablar a cierto creyente que desconozco, comienzo a sentir temor (a cometer el ridículo) pero allí permanece la persistencia.
Ahora hay otro pastor que me pide que hable, según él, lo que el Señor ponga en mi corazón, y me pongo a temblar. Es que antes era en la privacidad de una casa de algún creyente, pero ahora es ante cierto número de creyentes.
Les comparto estas líneas porque estuve consultando con cierto pastor, y me dijo que tengo el don de discernimiento de espíritu, y que no necesariamente se manifestará dentro del entorno de mi iglesia local, pero tengo mis dudas que sea precisamente el don referido. Excepto que él se haya referido a asuntos propios del espíritu humano.
Fuera de mis experiencias con creyentes, me brotaron palabras, ante cierto número de cristianos, dirigidas a un Evangelista, cuando terminé, este ministro que no conozco confirmó esas palabras.
La semana pasada, ya fue a un pastor, su esposa estaba a su lado, esta vez no se confirmó las palabras, porque dicho pastor guardó silencio al respecto, y despues de terminada la reunión (como siempre nada que ver con mi propia iglesia local), yo me quebranté delante de Dios en la soledad de mi cuarto, porque me sentía ridículo, muy abochornado, muy avergonzado. Le decía a Dios: "Solamente para verguenza mía, abrí mi boca, lamento mucho haber abierto mi boca". Me decía: "Ahora con qué cara voy a seguir yendo a esas reuniones, ya no puedo ir." Sin embargo, me puse muy intranquilo. Me venía impulsos que no debía esconderme, que debía dar la cara, de manera que muy temeroso fuí, y reconozco que fue para mi bien, porque el pastor y otros dos hermanos me trataron como 'Siervo de Dios', aunque se acostumbra mencionar eso como un título, en realidad es, una inferior posición de servicio, puesto que un 'esclavo' es inferior ante los cristianos a quienes está sirviendo.

Qué Dios les siga bendiciendo

Sinceramente

Manuel