HISTORIA DE JONAS OBEDECER A LA VOZ DE DIOS

por **Evangelista** Mar 06 Mar 2012, 9:05 am

HISTORIA DE JONAS OBEDECER A LA VOZ DE DIOS

Personajes:
Jonás, Malco Capitán Niño 1 Niño 2
Muchacho Voz Narrador
Pueden participar mas niños en las escenas del barco y de la ciudad
Escena 1
Entra Jonás portando sobre su hombro un saco que parece pesado (saco relleno de
periódicos), lo deja en una esquina y vuelve a buscar otro; lo deja y vuelve a por otro.
Entra otro niño que ordena los sacos que ha dejado Jonás y se dirige a él.
MALCO.- Bueno Jonás, veo que ya has hecho el trabajo que me prometiste. Te lo
agradezco, me has ayudado mucho.
JONÁS .- Estoy encantado de colaborar, especialmente porque los de Nínive me
dijeron que les molestaba que compráramos este grano, ahora que está barato ¡Que mala
gente! ¡No sólo no ayudan a nadie sino que, encima, se alegran con el mal ajeno!
MALCO.- Tienes razón. Parece mentira lo envidiosos y duros que son. ¿Querrás creer
que no perdonan a nadie ninguna deuda, aunque les vean que no tienen que comer? A la
gente de esa ciudad no la quiere nadie y sólo vamos a ella cuando no tenemos otro
remedio. Como serán que el otro día a Nicasio, el de la Tomasa, lo molieron a palos
porque no quiso decir que su eslogan: (exagera al recitar, extendiendo el brazo en el
aire)
“Nínive, ciudad sublime, y aunque otras quieran ninguna la supera”
JONÁS.- ¡Sólo me consuela pensar que alguna vez recibirán su merecido, cuando la ira
del Señor venga sobre ellos!
MALCO.- ¡No se si eso lo verán mis ojos! ¡Bueno, me voy para casa! ¡Nos veremos
pronto! Y ¡gracias, amigo!
Jonás se seca el sudor y se estira bostezando.
JONÁS.- ¡Boaaa! (Bostezando y abriendo mucho la boca) ¡Que sueño tengo! Como ya
está el trabajo hecho voy a echar una cabezadita. (Se recuesta cerca de los sacos y se
pone a roncar)
ZZZZZZZZZZZZ
Voz.- ¡Jonás, Jonás, despierta! (Jonás sigue roncando, se vuelve a oír la voz más fuerte),
¡Jonás, levántate!
JONÁS.- (asustado) ¿Qué pasa? ¡Vaya susto!, con lo agustito que yo estaba (irritado)
¿Quién me llama? ¡No veo a nadie! ¡Como yo descubra a ese hombre sin corazón, que
despierta a un currante cansado como yo, me va a oír! (Vuelve a acurrucarse y, al poco,
ronca)
Voz.- ¡Jonás, Jonás! ¡No es tiempo de dormir sino de velar! ¡Despierta!
JONÁS.- (Con respeto). Me parece que esa voz la conozco, es la de mi Señor y Dios a
quien tanto amo y deseo servir. (Levantándose y cogiendo una especie de pergamino
enrollado). ¡Si, Señor! ¡Aquí estoy, presto para la batalla con la armadura de la fe
preparada! (Y muestra el pergamino). ¡Dime señor, te escucho!
Voz.- ¡Si, soy el que soy! Jonás no es tiempo de pereza sino de preparar los caminos de
Dios y quiero encargarte algo
JONÁS - (Muy contento) ¡Oh, si Señor, haré todo lo que digas! Estoy dispuesto a ser
usado en lo que se me necesite.
Voz.- ¡Bien, bien, Jonás! ¡Quiero que vayas a Nínive!
.JONÁS - (No se lo quiere creer y se echa las manos a la cabeza) ¡A Nínive!, ¿Has
dicho a Nínive? ¡No, Señor, seguramente quisiste decir otra cosa! (se dirige al público)-
¡Debo estar quedándome algo sordo!
Voz.- No, tu oído está bien. ¡He dicho Nínive! Y quiero que les digas que como no se
arrepientan de sus malos caminos y se vuelvan a mí, sus corazones se endurecerán aún
más y yo los tendré que destruir.
JONÁS.- (Casi gritando) ¡Señor! ¡Me matarán! ¡No puedo ir allí a decirles esas cosas
terribles, además, son incrédulos y no merecen salvarse!
Voz.- Jonás, Yo estoy para salvar al que se ha perdido. ¡Vete rápido!
JONÁS.- (Pensando en voz alta). ¡No, seguro que no he oído la voz! ¡Todo ha sido
producto de mi imaginación! Creo que lo mejor es que me vaya a otro lugar a
reflexionar sobre el asunto.
(Se cierra el telón)
2ª escena
NARRADOR.- Y Jonás se fue al puerto y cogió un barco para alejarse lo más posible
de Nínive.
(Se abre el telón y se ve a varios niños detrás de una maqueta de barco de cartón y que
empiezan a moverse con dificultad) Mientras Jonás está durmiendo
NARRADOR.- Pero el Señor levantó una tormenta que provocó grandes olas que
amenazaban hundir el barco. Pero Jonás dormía.
Capitán.- (Gritando a sus hombres).- ¡Vamos, vamos! ¡Daos prisa! ¡Bajad la vela!
¡Arriad el trinquete! Se va a romper el palo de mesana.
Niño 1.- Nunca hemos visto una tormenta igual. (Casi cayéndose). Como no se calme
creo que vamos a morir. Os digo que tenemos que orar a nuestros dioses para que nos
salven. Yo creo que hay un gafe aquí que hizo algo malo y los dioses se han enfadado.
(Le da una patada a Jonás) ¡Eh, tu, levántate, dormilón! ¡Clama a tu Dios, quizás el
tenga compasión de nosotros y no perezcamos!

Niño 2.- Vamos a echar a suertes quién es el gafe aquí. Al que salga le tiramos por la
borda.
(Hacen una rifa entre ellos, p. Ej Van señalándose de uno en uno y todos cantan:
“En un café se rifa un gato, a ver a quien le toca el número cuatro, un dos tres, cuatro”
(y le toca a Jonás)
Niño 1- Dinos ahora quien eres y porqué nos ha pasado esto.
JONÁS.- Soy hebreo y temo al Dios de los cielos que hizo el mar y la tierra. Yo he
huido de la presencia de Dios. No he sido obediente y por eso soy castigado.
Niño 2.- Entonces tienes que ser tu castigado y no nosotros. ¡Vamos, vamos a echarlo al
mar! Su Dios nos perdonará esto.
(Jonás es arrojado al suelo y lo cubren con un gran trapo oscuro o azul, imitando el mar.
Mejor aún si se hace una maqueta con forma de boca de pez que le atrapa). Lo niños y
la barca dejan de moverse.
Capitán. ¡Veis, su Dios nos ha oído y nos ha salvado! Gracias sean dadas a él.
JONÁS.- Perdóname Dios, levántame de esta tumba y yo cumpliré tus órdenes.
NARRADOR.- Jonás estuvo tres días y tres noches dentro de un gran pez. El necesitó
ese tiempo de intensa prueba para disponer su corazón y servir a Dios. Finalmente salió
del pez y se fue a Nínive.
Escena 3
(Jonás está en escena y llegan niños bailando, comiendo, bebiendo y como teniendo una
gran juerga)
JONÁS.- (Dirigiéndose al público) ¡Lo veis! ¡Son un pueblo perdido! No merecen ni
cinco minutos de mi tiempo. ¡No se van a convertir! Pero, en obediencia a Dios, voy a
hablarles una sólo vez y…. (Se frota las manos, chasqueándolas como quien se sacude
el polco) ¡Asunto concluido! – (se vuelve hacia el muchacho a su izquierda que sigue
riéndose y haciendo aspavientos)
¡Escuchadme! ¡Escuchadme! – se hace silencio y todos le miran, pero algunos
apoyándose en otros, con aspecto de borrachos- ¡Dios dice que de aquí a cuarenta días
si no os arrepentís Nínive será destruida como lo fue Sosota y Gomorra! No os lo vais a
creer, pero es cierto. Esta es vuestra oportunidad.
Muchacho- (riéndose) Y ¿Cuándo será eso? ¿Tu crees que me dará tiempo a acabar esta
botella? (mira a su lado pero ve que nadie se ríe)
JONÁS.- Será ahora o nunca ¡panda de acémilas! Cuando la ira de Dios venga sobre
vosotros cabréis quien es Dios.
Muchacho 1- ¿Y que hay que hacer para que eso no ocurra?

JONÁS - ¡Ya os lo he dicho! Arrepentíos de vuestra mala manera de vivir, pedir perdón
a Dios y seguid sus enseñanzas. ¡Sólo así viviréis!
(Y Jonás se va)
Muchacho1 - ¡Vamos, que ese es un aguafiestas! ¡Que sabrá él!
Muchacho 2.- ¡Yo no tengo ganas de seguir bebiendo! Ese hombre puede tener razón.
Estoy viviendo una vida sin sentido. Me voy a casa, si queréis seguir vosotros la juerga.
Yo voy a cambiar de vida, estoy triste y el vino no me alegra.
NARRADOR.- Al contrario de lo que pensaba Jonás los hombres de Nínive se
arrepintieron, cayó sobre ellos una convicción de pecado como antes no había habido.
SE declaró en la ciudad ayuno y oración continua y hasta las bestias ayunaron. Pidieron
perdón a Dios- (Todos los niños se van arrodillando, levantando las manos al cielo,
unos y otros tapándose la cara con las manos y sollozando). Mientras esto ocurría Jonás
se había alejado para ver como la ciudad era destruida.
Escena 4.-
Aparece Jonás mirando hacia la ciudad
JONÁS.- ¡Bien, vamos a ver que pasa! ¡Esos no tienen remedio!
VOZ- ¡No tan rápido Jonás! ¿No crees que debo tener misericordia de ese pueblo que
se está arrepintiendo?
JONÁS.- ¿Cómo los vas a perdonar?- medio enfadado- ¡ya sabía yo que tu eres un Dios
tardo para la ira y grande en misericordia! – pasándose la mano por la frente- ¡Uf, que
calor hace! Hasta ahora no lo había notado. ¡Vaya, es insoportable este calor! Bueno,
Señor, haz justicia lo más rápido posible que me ahogo o dame una buena sombra
mientras tu respondes adecuadamente a ese pueblucho miserable.
NARRADOR Y Dios hizo crecer una calabacera que dio sombra a Jonás (se puede
abrir un paraguas al que se le ha puesto tiras imitando hojas) – Y este estaba muy
contento (Jonás pone cara de satisfecho)- pero pasado el tiempo la calabacera se secó
(Cierra el paraguas) y Jonás se puso muy triste.
JONÁS.- Oh Dios! ¡Con lo bien que estaba yo! ¿Por qué me has quitado la sombra que
me protegía?
VOZ.- ¡Jonás! Si te he dado un ramaje para protegerte de un mal efímero como es el
calor ¿cómo no voy a tener misericordia de la vida de los habitantes de Nínive a los que
quiero darles oportunidad de arrepentirse? Nunca olvides que aunque grandes sean los
pecados de la gente más grande aún es mi deseo de perdonarles.
NARRADOR.- Y finalmente Jonás entendió que de la misma manera que Dios le
había perdonado su gran desobediencia los de Nínive también podían ser perdonados
por amor. Porque Dios no hace acepción de personas y perdona a cualquiera que se
arrepiente de su equivocada manera de vivir.