SU SEGURA LIBERACIÓN

Por gracia entendemos el amor y el favor libre e inmerecido de Dios, y las gracias del Espíritu que fluyen, por la paz, todas las bendiciones temporales y espirituales, fruto de lo anterior, no hay paz ni gracia sino de Dios padre y del señor Jesucristo, los mejores santos necesitan nuevas provisiones de la gracia del Espíritu y deseos de crecer.

Las bendiciones celestiales y espirituales son las mejores bendiciones, con las cuales no podemos ser miserables, El creyente reconciliado y adoptado, El pecador perdonado, da toda la alabanza de su salvación a su bondadoso padre, las acciones del creyente, y sus palabras, declaran las alabanzas de la misericordia divina.
Las bendiciones fueron dadas a conocer a los creyentes cuando el señor les muestra el misterio de su soberana voluntad, y el método de redención y salvación, pero esto debiera haber estado oculto de nosotros si Dios, no las hubiera dado a conocer por su palabra, la predicación de su Evangelio, y su Espíritu de verdad.

Obró por su Espíritu las gracias de fe y amor por las cuales somos hechos uno con Dios, y unos con otros, dispensa todas sus bendiciones de acuerdo a su beneplácito, su enseñanza divina condujo a los que quiso, a que viera la gloria de las verdades, mientras otros fueron dejados para blasfemar.

El poder divino dado a conocer en nuestro señor Jesucristo y por medio de El, forma una torre fuerte para el creyente que confía en el señor, ¡ Cuan engañosa es la defensa del rico que tiene su porción y tesoro en este mundo ! Ciudad fortificada y muro alto es en su propia presunción, porque caerá cuando más lo necesite, ellos quedarán expuestos a la ira justa de aquel juez al cual despreciaron como Salvador.

Habiendo Dios manifestado su amor al dar a su propio hijo por nosotros, ¿ podemos pensar que haya algo que pueda apartar o eliminar ese amor ?
Los problemas no causan ni muestran ninguna disminución de su amor, nadie puede quitar a Cristo del creyente ni al creyente de Cristo y eso basta, ¿ quién nos separará? 

¿ Qué te ha quedado, pobre alma, que no tienes a Cristo, sino aquello de lo cual te separarás gustoso, sin poder hacerlo: ¡ la culpa condenadora de todos tus pecados ! ?
Pero el alma que está en Cristo, cuando le quitan las demás cosas, se aferra a Cristo y estás separaciones no le pesan cuando llega la muerte, lleva el alma del creyente a la Unión más íntima con su amado señor Jesús y al gozo pleno de El para siempre.

Dios no sólo da comida y ropa, sino riqueza y grandes posesiones espirituales, hay muchos que disfrutan de sus dones y debemos por gratitud e interés, deber y fidelidad, guardar las palabras del pacto.
Dios ha dado testimonio de la pecaminosidad del mundo proveyendo un sacrificio eficaz y suficiente por el pecado, y se muestra la pecaminosidad de los mismos creyentes al pedirles que confíesen continuamente sus pecados y recurran por fe a la sangre del sacrificio, humillemonos y confesemos nuestros pecados, confiando en su misericordia y verdad por medio de la justicia de Cristo, para un perdón libre y completo y por nuestra liberación.

Las confianzas en las personas se frustran, nuestro Dios No, Dios reprende y corrige a su pueblo por sus pecados, pero no los desecha, que esto nos animé a poner más diligencia en asegurar nuestra vocación y elección.

En 1 Corintios 15 tenemos una exhortación a que seamos constantes, firmes en la fe de ese Evangelio que predicó el apóstol y que ellos recibieron, también nos exhorta a que permanezcamos inconmovibles en su esperanza y expectativa de este gran privilegio de resucitar incorruptible e inmortal.

Para abundar en la obra del señor, debemos hacer siempre el servicio del señor y obedecer los mandamientos, que Cristo nos de la de, y aumente nuestra fe, para que no sólo estemos a salvo, sino golosos y triunfantes. Shalom.