EL CORAZON DE DAVID

por **Evangelista** Mar 03 Sep 2013, 12:57 am

Cada vez que leo en la Biblia los pasajes que narran la vida de David no puedo evitar sentir una gran emoción.

A mi mente vienen las imágenes de la pelea contra el gigante Goliat, es como que estuviera ahí parado viéndolo ocurrir y siento en mi interior que sería muy feliz si pudiera terminar con toda la injusticia, la mentira, el desamor, la enfermedad y la esclavitud que se vive hoy en dia con un eficaz y único golpe como el que le dio David a Goliat.

Y cuan despareja era la lucha entre David y Goliat.

David un joven, que apacentaba ovejas tranquilamente mientras cantaba sus poemas con el arpa, con apariencia casi de niño rubicundo.

El menor de sus hermanos, que quedaba cuidando las ovejas mientras sus otros hermanos iban a la guerra.

Por el otro lado, el gigante Goliat, su vida era la guerra, adiestrado en ella desde pequeño, tanto, que las armas eran como parte de su propio cuerpo.

Y su sola estatura y presencia intimidaba y metía temor en todos los hombres de guerra de Israel al punto que ni uno de ellos se animaba a pelear con él, y día a día venía el gigante a desafiar al ejército de Israel y maldecía y se burlaba de Israel y del Dios de Israel pero ninguno se animaba a pelear con él.

Lo mismo ocurre hoy día, vemos al enemigo de Dios llenando al mundo con enfermedades, crímenes de toda clase, destruyendo familias enteras con peleas, desamor y engaños, llevando miles de personas a la muerte por causa de las drogas y el alcohol, matando pueblos enteros con guerras llenas de injusticia, con hambre etc, etc.

Todos los días nos levantamos y nos encontramos ante el desafió y la burla del enemigo de Dios que cada día nos muestra más terror y maldición.

Esta desigual lucha que estamos viviendo nosotros hoy, día a día, la lucha contra la injusticia, la delincuencia, las enfermedades, las calamidades, todas estas cosas son gigantes aparentemente imposibles de vencer si las comparamos con lo que nosotros somos.

Pero David no actuó como el resto del pueblo, cuando él vio al gigante desafiar y burlarse del Dios de Israel se indignó de tal manera que salió decidido a pelear contra él sin importar lo que sus ojos veían.

¿Y que fue lo que sucedió?

Un simple y joven pastor de ovejas, poeta y cantor, se convirtió en matador del gigante que terminó cayendo a sus pies.

Luego David se transformó en un poderoso rey, uno de los personajes más grandes de la historia bíblica, a quien Dios le prometió que nunca faltaría de su descendencia un rey sobre Israel y eso se cumplió en el Mesías, o sea en Jesucristo, Hijo de David, Él cual reina por siempre y para siempre,

¡qué maravilloso e impresionante honor!

CONTINUAMOS
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por **Evangelista** Mar 03 Sep 2013, 1:06 am

Pero la Biblia nos habla también de los fracasos de David.

Así como nos habla de sus grandes conquistas y triunfos, también nos cuenta de sus debilidades y flaquezas, de sus pecados y de cómo tuvo que soportar tribulaciones a causa de estos.

En la Biblia podemos ver a un David en todo su esplendor, como rey invencible, pero también sus errores.

David mintió, adulteró, traicionó y hasta asesinó.

O sea que en David se podían ver dos facetas de su personalidad totalmente distintas.

La primer faceta es la del gran héroe, la del rey triunfal e imbatible, la del gran hombre conquistándolo todo, y esta es la faceta de David que todos queremos ser.

Pero para ser de esta forma deben suceder ciertas cosas, deben de ocurrir milagros en nuestra vida.

Debe ocurrir lo más preciado que puede tener un hombre, tener un encuentro personal con Dios y recibir Su Santa Unción.

La segunda faceta de David son sus errores y debilidades, que lo llevaron a cometer pecados muy graves, y de esta faceta de su personalidad estamos mucho más cerca, a esta faceta de David nos parecemos mucho.

En realidad nos parecemos más al rey David en sus errores y en sus pecados que en sus grandezas y triunfos.

Pero entonces, ¿ qué sucedió con David para que Dios lo llamara:

“un hombre conforme a mi corazón”...? Hechos 13;22.

El verdadero valor de David no era exterior, no estaba en lo que sucedió ni en lo que él aprendió.

No consistía en lo que de él se veía, ni lo que él sabía o en la tradición heredada, el verdadero valor de David era su corazón, el verdadero valor de David estaba en su interior.

En la Biblia encontramos la respuesta a esta pregunta.

Cuando el profeta Samuel recibió la orden de Dios de ungir a un hijo de Jesé, al que sería el nuevo rey, cuando le trajeron al primero de los hermanos, hombre fuerte y valiente, ciertamente Samuel dijo:

de cierto delante de Yahveh está su ungido.

Y Yahveh respondió a Samuel:

No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Yahveh no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que esta delante de sus ojos, pero Yahveh mira el corazón. 1samuel 16;1-7

Nótese que al profeta Samuel le fueron trayendo, uno a uno, a todos los hermanos de David, que eran hombres de guerra, valientes y fuertes, grandes en estatura y aptos a los ojos del hombre.

Y Samuel veía condiciones en todos para ungirlos, pero Yahveh los iba desechando a todos.

Cuando le trajeron a David, que era el más pequeño de los hermanos y era el que apacentaba a las ovejas, Samuel al verlo le preguntó a su padre si este era el último, si no había otro, pues no vio condición en él para ungirlo, pero Yahveh el Dios de Israel le dijo: levántate y úngelo, porque es este.

¿Que habrá pasado por la cabeza del profeta Samuel? Viendo pasar uno a uno los hermanos mayores de David, hombres de guerra, fuertes y valientes de apariencia, y el ver que eran aptos para ungirlos y no recibir la orden de Dios de ungirlos, y por el contrario cuando le trajeron a David, joven, rubio y de hermosa apariencia, ahí si, recibió la orden de Dios para ungirlo.

Es seguro que Samuel no hubiera ungido a David, él hubiera ungido a cualquiera de sus otros hermanos, es que el profeta miraba con sus ojos de hombre, por eso nunca hubiera ungido a David, aunque el profeta era un verdadero hombre de Dios, no podía ver lo que veía Dios, no podía ver el corazón.

Aquí esta el verdadero secreto: el corazón.

Es lo que nosotros no podemos ver, pero Dios sí.

Y así pasa también con nosotros, nuestro valor no pasa por nuestra apariencia, ni si somos lindos o feos.

No pasa por la estatura ni por los músculos, ni por nuestra fuerza, ni está en nuestro poder, nuestro valor no es la vestimenta, no puede llevarse como un adorno al que otros pueden ver.

Nuestro verdadero valor es interno, es lo que tenemos dentro, en nuestro corazón.

Eso es lo que marca la diferencia.

continuamos
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por **Evangelista** Mar 03 Sep 2013, 1:47 am

Necesitamos reconocer lo que Dios puso en nuestro interior.

Dios puso algo en interior, puso belleza en nuestro espíritu y eso solamente Él lo puede ver.

Por otro lado David tenía otra virtud enorme: Su fe en Dios.

La fe de David era inalterable, David le creía a Dios, él creía todo lo que Dios le decía.

Él era temeroso de Dios, él amaba a Dios por sobre todas las cosas, y aunque muchas veces pecó, cuando se daba cuenta del pecado, se arrepentía sinceramente.

A David le dolía profundamente haber ofendido a Dios.

Nunca volvía a cometer el mismo pecado, el no reincidía, una vez arrepentido no lo volvía a hacer más.

Es por eso que David experimentó el gran gozo del “perdón de Dios” ya que cuando él se arrepentía sinceramente, Dios le respondía con perdón y protección.

Pero nótese en la Biblia, que David siempre tuvo que sufrir las consecuencias de sus pecados.

David en los momentos más angustiantes y terribles de su vida, sabía que estaba pagando por sus errores, pero él no se abatía.

Ante la angustia y la tribulación, él clamaba a Dios, él alababa y glorificaba a Dios, y entonces veía la poderosa mano de Dios actuando en su vida, ayudándole siempre, librándolo finalmente de todos sus enemigos.

David siempre confiaba en Dios, su corazón estaba en Dios, él ponía toda su vida en las manos de Dios, y es por eso que Dios le respondía con su protección y poder.

Él era hombre, era fallo, pero su fortaleza radicaba en creerle a Dios, en confiar en Dios, él depositaba su esperanza y su fe en El Dios Altísimo.

Cuantos de nosotros quisiéramos tener la misma respuesta de Dios en nuestras vidas que tenía David.

No es fácil, pero tampoco imposible, Dios puso en todas las personas belleza en su espíritu.

Depende de nosotros saber reconocerlo, y encontrar esa parte que muchas veces esta muy oculta, a causa del alejamiento de Dios, producto de nuestros pecados.

Dios mismo nos da la oportunidad de reencontrarnos con Él, a través de Su Hijo Jesucristo.

Si queremos tener la bendición y protección de Dios, como tenía David, debemos actuar como él actuaba.

Tenemos que reconocer nuestros errores y arrepentirnos sinceramente, y luchar con todas nuestras fuerzas para no volver a cometerlos.

Todo verdadero arrepentimiento esta seguido por frutos de reconciliación, restauración y restitución.

Muchas veces elegimos no recibir el perdón, para no sufrir reconociendo nuestros errores.

Debemos saber que todo error trae su consecuencia.

Y debemos aprender a soportar esos momentos glorificando a Dios.

Y Él nos dará su protección y perdón. Como dijo el apóstol Pablo:

“nos gloriamos en nuestras tribulaciones” o “ todo ayuda a bien, a los que aman a Dios” ( Romanos 5;3 y 8;28).

Personalmente no creo que a Pablo le gustara pasar por las tribulaciones, pero él sabía que debía pasarlas por causa de Cristo y que la mejor manera de soportar la prueba y la tribulación era alabando y glorificando a Dios.

¿Será difícil parecernos a David en su faceta gloriosa y triunfal?

Aparentemente parecería imposible, pero si empezamos a caminar junto a nuestro Señor Jesús, será más fácil de lo que pensamos.

No hace mucho tiempo, me encontraba totalmente angustiado, toda mi situación era terrible, no había ningún aspecto de mi vida que estaba bien, pero cuando di el primer paso hacia Dios, Él se encargó de hacerme fácil lo difícil, de perdonarme y tener misericordia de mi, acortando los tiempos de las “consecuencias” y podría decir que aun en los peores momentos experimente una “paz y seguridad” que nunca antes había experimentado.

Querido amigo, no importa en que situación estés, cual sea tu problema, tal vez alguna vez conociste a Dios y te alejaste de Él, quizás nunca tuviste la oportunidad de conocer la Gloria de Dios.

Solo importa que des el primer paso hacia Dios, que estés dispuesto a tener un verdadero encuentro con el Dios Todopoderoso.

Y ese primer paso es reconocer que necesitamos de Dios y arrepentirnos de nuestros pecados, para que Dios pueda actuar en nuestras vidas.

Da el primer paso, dile ahora en este momento cuanto necesitas de Él, dile que quieres conocerlo personalmente, que necesitas sentir Su Amor, Su Misericordia y Su Maravillosa Gloria en tu vida, del resto querido amigo, no te preocupes, del resto se encarga Dios.

Él hará en tu vida lo mismo que ha hecho en la mía, Él curará tus heridas y sanará tus enfermedades, pero también Él restituirá todo lo que has perdido y hará posible en tu vida lo que ahora es imposible.

Querido lector, es el anhelo de mi corazón, que el Dios Padre te bendiga abundantemente, que la lectura de estas palabras despierten dentro de tu corazón, deseos sinceros de buscar a Su Amado Hijo Jesucristo, que es Él Único que tiene el poder para cambiar tu vida.

Que el Espíritu Santo te guié para poder tomar la más importante decisión de entregarte a Dios de todo corazón para que el Todopoderoso transforme tu vida de manera maravillosa.

Se lo pido sincera y humildemente al Dios Padre, por el poder del Espíritu Santo y en el nombre de Jesús. Amen.

EL DIOS ALTÍSIMO LOS BENDIGA Y LOS CUIDE.

VICTOR H. D’URBANO

por **GeraDavid** Lun 16 Sep 2013, 12:23 am

Estas son palabras sinceras y importantes que aumentan mi Fe en Jesucristo y me sirven para edificacion de mi vida. Gracias por este pasaje. Que Dios la bendiga.

sinquio

por **Evangelista** Lun 16 Sep 2013, 1:36 am

GeraDavid escribió:Estas son palabras sinceras y importantes que aumentan mi Fe en Jesucristo y me sirven para edificacion de mi vida. Gracias por este pasaje. Que Dios la bendiga.

Gloria a Dios , mi niño , que bueno que te haya servido , gracias a Dios por ello y te mando un abrazote con todo mi cariño sincero y sano en Cristo , Bendiciones mi hermanito ; sinquio

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