La Oración

La oración

Las mil y una noches es un conjunto de cuentos árabes y hay una que en particular describe muy bien el deseo que tenemos como hombres dentro de nuestro corazón. Se trata de Ali-babá y sus 40 ladrones.

 Éste, era el jefe de una banda de forajidos que escondían el botín de sus fechorías en una cueva que estaba resguardada por una puerta infranqueable, Pero abría con la pronunciación de unas palabras “mágicas”.

Las palabras solamente eran conocidas por este malhechor y sus ecuáses, los cuales tenían acceso exclusivo a la cueva en donde escondían sus riquezas y se resguardaban de las persecuciones que por motivo de sus acciones eran objeto.

 Éste, es un cuento que no es real, que nunca existió sino solamente en la mente de su autor.

 Sin embargo, en la vida real es muy parecido. Las palabras “mágicas” que buscamos las llamamos oraciones y la mentada oración “¡ábrete sésamo!” le atribuimos el poder de penetrar a las anheladas riquezas que pensamos nos hará más felices. ¿Pero quien abre la puerta? ¿Esos tesoros, realmente es lo que necesito para mi vida? ¿Esos tesoros, realmente resguardan mi vida del mal? ¿Es Dios el “genio” que se sujetará a mis deseos y como un esclavo me complacerá en todo lo que yo quiero?
¡Vamos! ¡¿Me escucha Dios?! ¿Cómo saberlo?

 Los conflictos que vivimos en nuestras vidas se derivan casi primordialmente por falsas expectativas y todos padecemos de ese mal. Ninguno de nosotros se escapa. Nos hemos hecho un ídolo del gobierno, otro de los padres, otro de l@ novi@, del amig@, hasta de nosotros mismos y sobre todo y principalmente de Dios. Hemos amado a esos ídolos y hemos rechazado a los reales porque pensamos que nuestras expectativas son las que deberían regir el mundo por completo y nos privamos de la oportunidad de ver y aceptar tal y como son nuestros padres, herman@s, amig@s, novi@ o espos@s y otra vez, a Dios; y de Él, que debiendo ser el principal, normalmente es el último en nuestras vidas.

 ¿Sabes por qué crucificaron a Jesús? Porque las falsas expectativas que tenían del Mesías no encajaron en la mente de los hombres religiosos de la época. Ellos esperaban un Mesías con grandes riquezas, con un poderoso ejercito de soldados y todos a caballo y que aceptara la manera en que ellos “honraban” a Dios y que iba a destruir al imperio romano que los sojuzgaba.

 Pero el verdadero Mesías les habló del amor y de la humildad y sobre todo, de una manera muy distinta de honrar a Dios de lo que ellos hacían, pero sus endurecidos e idolátricos corazones estaban tan endurecidos para Dios en Cristo, que sobra decir que mucho menos sirvió la frase “ábrete sésamo”.

El Señor Jesucristo (Dios hecho hombre) les dijo que las frases repetitivas, los “ábrete sésamo” no tenían poder, sino exclusivamente Dios y qué en Él confíen pues nadie mejor sabe lo que es mejor para nuestras vidas.

Mat 6:7-8 Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.

 Todos somos criaturas de Dios, pero no necesariamente hijos de Dios, para ser hijos de Dios dice la palabra de Dios:

Juan 1:12-13 Mas a todos los que le recibieron(a Jesucristo), a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. (Énfasis añadido).

 Tú puedes dar una ayuda o limosna a un niño de la calle, pero no estás obligado con él, solamente lo estás con tus hijos y a ellos te debes ¿No lo haría mejor Dios siendo el infinitamente mejor que tú?

 Debemos reconocer que somos como Ali-babá y sus 40 ladrones, somos pecadores y que el favor de Dios nos es inmerecido. Así como nos hacemos ídolos de las personas, también lo hacemos de sus pensamientos y en el caso concreto de Dios es muy común que pensemos que somos buenos, pero los parámetros de Dios son muy distintos pues el dice:

Romanos 3:10-18 Como está escrito:
No hay justo, ni aun uno;
No hay quien entienda.
No hay quien busque a Dios.
Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles;
No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.
Sepulcro abierto es su garganta;
Con su lengua engañan.
Veneno de áspides hay debajo de sus labios;
Su boca está llena de maldición y de amargura.
Sus pies se apresuran para derramar sangre;
Quebranto y desventura hay en sus caminos;
Y no conocieron camino de paz.
No hay temor de Dios delante de sus ojos.

 ¿No es verdad que el “dios” al que le rezo, es uno hecho a mis personales parámetros y por lo tanto no busco al verdadero? ¿Cómo puedo acercarme a Dios, siendo tan abominable a sus ojos?

1Timoteo 1:15 Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.

 Debes reconocerte pecador, pues Cristo vino por ti, para que tengas una relación verdadera y franca con Dios. Nuestros pecados merecen castigo, pero Cristo los pagó en la cruz por ti y por mi y el quiere darte vida eterna que es salvación y relación perpetúa con Dios y para ser Su hijo.

Juan 5:24 De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.


 Observa con detenimiento este versículo, está hablando el Señor Jesucristo y te dice “El que oye su palabra”, puedes leer esto y sería lo mismo que poner atención a lo que te dice sin necesariamente oír, que es lo que deja implicado como lo más importante, pero si no crees lo que te dice no te sirve, no puedes ser salvo y luego dice: “cree en Dios”, son dos elementos fundamentales para alcanzar la salvación, poner atención, escuchar, leer la palabra de Dios y creerle a Dios, si éste es tu caso, Dios tiene para ti vida eterna, bajo los parámetros divinos, no de ídolos que te desvían de la verdad.

Puedes creer en Dios, pero eso no te salva, debes creerle.

 ¿Quieres recibirlo? ¿Quieres recibir a Cristo en tu corazón como tu único y suficiente Salvador y así ser hijo de Dios? ¿Quieres que tus oraciones sean escuchadas?

 Te sugiero esta oración, pero hazla de todo tu corazón.

“Señor Jesús, creo que tu eres Dios, el Hijo de Dios encarnado y reconozco que soy pecador, te pido perdones todos mis pecados, entra a mi vida hazme hijo de tu Padre Señor del universo y dame el regalo de la vida eterna. En tu nombre Cristo Jesús. Amén”.


Te deseo de todo corazón que este sencillo mensaje te haya servido de bendición, solamente te pido que me escribas si oraste pidiendo salvación para orar por ti y aparte, si es de tu interés y quieres que te aclare tus dudas, lo podemos hacer con la dirección de Dios y apegados a su palabra.

 La Biblia dice:

1 Juan 5:14-15 Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.

 Qué Dios te bendiga.