¿Existe el libre albhedrío?

por **Caminito** Vie 21 Feb 2014, 12:07 am

¿Existe el llamado “Libre Albedrío”?

En una ocasión un anciano médico explicaba el mal que causa el tabaco a los pulmones. Explicaba los efectos que produce en las células de la piel y en general, hacía una descripción bastante detallada de las enfermedades consecuentes de este terrible mal hábito.

Al final, mete su mano al bolsillo, saca una cajetilla de cigarros sin filtro, toma uno y por uno de sus lados lo golpea en la carátula de su reloj, lo toma con sus labios y con un encendedor, aspira una profunda bocanada de humo al tiempo que la flama consume en rojo brillante el otro extremo del contenedor cilíndrico del tabaco.

Los presentes se quedan admirados viéndose unos a otros y uno de ellos le pregunta. –Si sabe todo eso, ¿Por qué fuma?- a lo que contestó el médico –Porque me gusta.-

Hay algunos teólogos que aseguran que el libre albedrío es algo con lo que todos nacemos, todos tenemos la facultad de elegir entre el mal y el bien; pero ¿Es cierto? ¿Es una realidad práctica esta facultad de la criatura humana?

En alguna ocasión, durante un campamento de jóvenes, se les pidió que escogieran una máscara de algún animal que tenían sobre una mesa y que les gustaría interpretar durante un juego; una vez seleccionado, se les pidió que todos intentaran correr de un extremo del campo al otro, en la forma del animal seleccionado. Así que el canguro, lo hizo saltando, el pato tropezándose con sus patas tipo aletas, la tortuga, evidentemente fue la que llegó al último lugar; muchos de los que representaban aves voladoras no pudieron correr, sino que instintivamente levantaban el vuelo y quedaban descalificadas. Después se les pidió que cruzaran un río a nado, los que representaban algunos felinos, ni siquiera se acercaron al agua; pero la tortuga ganó y los patos mostraron sus habilidades naturales.

¿Cuál es el factor determinante en la habilidad de cada animal? Su naturaleza.

Así como las águilas no pueden correr, los conejos, no pueden volar, su habilidad está delimitada por su naturaleza; no pueden hacer algo ajeno para lo que su naturaleza no alcanza.

Génesis 1:26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.

Dios no tiene cuerpo, es Espíritu y la semejanza con el hombre está dentro del ámbito de lo espiritual, por ello, son tres áreas fundamentales:

1.- Intelecto.
2.- Emociones.
3.- Voluntad.

Génesis 2:9 Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal.

De todos los árboles que Dios hizo, hubo dos con características muy singulares, uno que llamó “árbol de vida” y el otro “árbol de la ciencia del bien y del mal” y con ello un mandamiento, un solo mandamiento, no dos o diez, solamente uno. ¿Cuál era?

Génesis 2:16 Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; 17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.

Interesante que no le prohibió tomar del fruto del árbol de la vida, sino del árbol de bien y del mal. No eran necesarios el no matar, no robar, no fornicar, etc. Porque el hombre había sido hecho de una naturaleza sin pecado, pero la serpiente hizo que observara el fruto prohibido y en esto vemos el odio de Satanás a la humanidad, pues no le hizo ver el árbol de la vida, sino aquel cuyo resultado de comerlo, sería la muerte, lo engañó haciéndole cuestionar a Dios asegurándole que no iba a morir, el resultado fue que le creyó a la serpiente y no obedeció a Dios trayendo con ello la tragedia de la humanidad, el alejamiento de Dios, el destierro en la comunión con Dios y como consecuencia, la caída de su naturaleza de ser sin pecado a pecador, también se hizo susceptible a enfermedades y muerte; por supuesto las semejanzas con su Creador quedaron afectadas gravemente.

Muerte en la Biblia es separación y no hay nada más lejano que el pecado de Dios; el hombre cambio su naturaleza sin pecado a la de pecador, de vida espiritual que implica su relación con Dios a la de muerte, destitución de la gloria de Dios.

1.- Intelecto quedó afectado:

Génesis 6:5 Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal.

2.- Las Emociones fueron caídas.

Jeremías 17:9 Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?

3.- La voluntad del hombre, ante el estándar de Dios es mala.

Romanos 3:12 Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles;
No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.

Los conceptos de “bueno” o “malo”, no están delimitados por los parámetros humanos y es muy lógico, pues si la mente, las emociones y la voluntad, quedaron sumidos en una naturaleza caída o pecaminosa, el hombre no puede acceder al parámetro divino de justicia, porque sencillamente Dios es Santo. Por eso el Señor dice:

Isaías 55:8 Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.

Y aun cuando nos han sido revelados en Su palabra, el hombre está impedido, porque vive en la jaula del pecado y no puede entender, ver, oír pues está muerto. Es lo que le sucede al médico de la ilustración del principio. Sabe perfectamente que fumar es malo y esto tiene que ver con su intelecto, lo perjudicial que es su obsesión por el cigarro, pero sus sentimientos están prisioneros del los efectos que le produce la bocanada de humo y su voluntad tiene los grilletes claros cuando se somete a su gusto destructivo.

En una ocasión, prediqué en un camión de pasajeros y les hice una pregunta:

“De todos los que me escuchan. ¿Hay alguien que me pueda decir que jamás haya pecado?” El silencio, fue elocuente, nadie dijo “yo” o levantó su mano. Por muy ateo que sea una persona, sabe que no es perfecto y aunque lo intenta, fracasa.

El estándar de perfección de Dios, aunque sepamos lo que es conveniente, no siempre está al alcance de la naturaleza humana llegar, pues el Señor dice:

Santiago 2:10 Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos.

Pero no solo en esto es imposible que el hombre cumpla con la demanda de Dios en su ley, pues va mucho más allá de lo que cualquiera de nosotros pueda siquiera aspirar a hacer:

Mateo 5:21 Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio.
22 Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego.

Otro:

Mateo 5:27 Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio.
28 Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.

Más:

Mateo 5:38 Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente.
39 Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra; 40 y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa; 41 y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos.
42 Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses.
43 Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo.
44 Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;
45 para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.

¿Alguien puede llegar a este nivel con la única fortaleza de su naturaleza caída? No, esto es imposible para el hombre, pero para Dios no hay imposibles.

El libre albedrío es un esclavo en su propia naturaleza caída de pecado, pues es pecador, no puede, no quiere, no le interesa obrar a favor del Dios verdadero y tan torcido está su corazón que se hace uno a su propia imagen y semejanza, un dios a su estándar, un dios alcanzable a su propia naturaleza.

Hagamos la prueba: Tomemos un cerdito, vamos a lavarlo con lejía, agua limpia y estropajo hasta quitar todas sus suciedades y después pongámoslo frente a un chiquero de lodo y una tina de agua limpia y cristalina.

¿Cuál crees que elija como el mejor lugar? No cabe la menor duda, la tina de agua limpia no será.

Porque para volar como águila, el conejo deberá de morir y renacer en águila.

No podemos pedirle a un pecador que se comporte como un hijo de Dios. No es cuestión de elegir, es cuestión de ser. No hay libertad de elegir lo bueno cuando la naturaleza solo elige lo malo. No hay libertad de elegir a Dios cuando por naturaleza se está impedido.

El Señor Jesucristo dijo a Nicodemo:

Juan 3:3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.
4 Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?
5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.
7 No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.
8 El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.

Para ser hijo de Dios entonces:

Juan1:12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; 13 los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.

Tito 3:5 nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, 6 el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador,

Efesios 2:8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe.
10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

Dios los bendiga.