Amada mujer

por **aguiladorada** Vie 07 Nov 2014, 4:00 pm

Es hora de llorar…

No siempre sé porqué tengo ganas de llorar, pero la mayoría de las veces lo tengo claro, aunque me parece inexplicable, imposible de comprender que sucede dentro del corazón y el alma para producir llanto sin control, y eso no quiere decir que grito, solo lloro con mucha angustia, aún cuando el llanto es de alegría, …sip, es incomprensible…

Cuando llueve me parece que Dios llora por todo lo que hacemos, como ese padre amoroso que es. Mirar como de a poco se va cubriendo el cielo de nubes grises, y de pronto los truenos, y la lluvia. Luego la calma.

Así pasa en la vida, el corazón se va llenando de dolor, heridas, conductas de personas que nos rodean, o solo situaciones que no han sido resueltas en el corazón, desilusiones, mentiras, incomprensión, enfermedad…
Se acerca la tormenta, empieza a estallar en dolor y luego el llanto.
Pero luego viene la calma, el corazón se ha limpiado con las lágrimas, se ha despojado de las nubes. Pero hay algo maravilloso que se puede hacer para que siga limpio. Entregar todo a Dios, dejarle a EL todo ese dolor que no se puede explicar, porque no se puede enumerar cada una de las cosas que formaron esa gran tormenta.

Dice Dios que le demos nuestras cargas, que El las llevará, conoce nuestra capacidad, sabe que no podemos llevar más peso sobre nuestras espaldas de la que tenemos cada día, ¿por qué guardarlas? ¿Porqué no dejarlas definitivamente? Cuando reconozco éstos síntomas sé que debo sacar afuera todo ese dolor, presentarme delante de mi Señor, y empezar de nuevo, perdonar y perdonarme.

Maravillosa lluvia que riega los prados, que llega a lugares donde el sequedal está arruinando el suelo y matando animales…bueno, en nosotros es una lluvia sana, lava nuestras heridas, si reconocemos que delante de Dios podemos ser sinceros. Llorar delante de su presencia es sanador. No hay un nudo en la garganta, hay alivio, hay sanidad, hay consuelo…

Bendito Dios que me abraza y me consuela, que me sana, que me ama, y que jamás me dejará sola, cuando todos pueden irse de mi lado, EL permanece junto a mi, FIEL ES MI DIOS…

Aguiladorada

por **aguiladorada** Miér 19 Nov 2014, 2:45 pm

Y antes que clamen responderé, y mientras aún hablan habré yo oído. Isaías 65:24

Pediste al Señor que te diera paciencia? ¿Se lo pediste en oración y a pesar de todo te viste atribulado? ¿Crees que no te respondió? Sí, Dios oyó y contestó plenamente tu oración: "La tribulación produce paciencia", ¿ no era eso lo que tu alma anhelaba?
Pediste al Señor que te diera sumisión. Selo pediste ya pesar de todo sufres. ¿Que no te respondió, te lamentas? Sí, si te respondió, porque aprendemos la obediencia a través de los amargos sufrimientos. ¿Pediste al Señor que te diera generosidad? Se lo pediste y Él te pidió un sacrificio ¿Es demasiado lo que te pidió? Él oyó y contestó plenamente tu oración porque aprendemos a ser generosos cuando el sacrificio lo hacemos gustosos. Pediste al Señor que te diera victoria y comenzaron las batallas. ¿Se escondió el Señor en la hora de la lucha? No, Él oyó y respondió plenamente tu oración , porque en medio de las luchas cotidianas aprendemos a luchar para obtener la victoria. Pediste al Señor que te diera humildad y te vinieron tormentos. Pero Él sí te oyó y respondió: La humildad y las fuerzas para llevar fruto son para los que conocen los tormentos de la vida. No debemos contar lo que vemos, sino las cosas de arriba; porque lo que se ve es perecedero, y arriba están Dios y su amor. Las cosas grandes están más allá de la vida terrena, no la vemos todavía; pero allí en el cielo, será nuestras para siempre jamás.-------Josefina Hope Westervelt.- Del libro "Manantiales en el desierto... "

por **aguiladorada** Jue 10 Sep 2015, 3:23 pm

Y el Dios de paz aplastará pronto a satanás debajo de vuestros pies.- Romanos 16:20

Tú tienes dones, talentos y recursos dentro de ti con el poder suficiente para causarle graves daños a lo que satanás intenta hacer en el mundo. Cuando los hijos de Israel estaban a punto de ser llevados cautivos a Babilonia, el profeta Jeremías dijo: "Llamad a las plañideras" y agregó: "Hijas de mi pueblo, cíñete el cilicio y revuélcate en ceniza; haz duelo como por hijo único, lamento de gran amargura, porque de pronto el destructor vendrá sobre nosotros...Jeremías 6:26-27.
El profeta escuchó la palabra de Dios y éste dio una orden clara considerad,
, llamad a las plañideras, que vengan, enviad por las más hábiles, que vengan, que se apresuren y eleven una lamentación por nosotros, para que derramen lágrimas nuestros, ojos, y fluya agua de nuestros párpados. Oíd, pues, mujeres, la palabra del Señor y reciba vuestro oído la palabra de su boca, enseñad la lamentación a vuestras hijas y la endecha cada una a su vecina. Porque la muerte ha subido por nuestras ventanas, ha entrado en nuestros palacios, exterminado a los niños en las calles, a los jóvenes en las plazas"
Jeremías 9:17-18;20:21.
Jeremías dijo: busquen mujeres que todavía puedan sentir y llorar, que puedan lamentar por lo que el diablo está haciendo. Imagínate lo que tendrían que hacer estas mujeres. Tenías que llorar y plañir, lamentar en saco de cilicio y cenizas como señal para despabilar a quienes las rodeaban, para que se dieran cuenta que el diablo los estaba destruyendo y que la muerte venía en camino. Ese es el sistema de alerta que Dios empleaba para avisar a su pueblo. Ellas eran la alarma, la señal, la sirena. Ellas eran a quieres Dios iba a usar para alertar a l pueblo de las irremediables consecuencias del pecado.
A estas mujeres Dios les había dado el destino de destruir los poderes del diablo sobre el pueblo de Dios.
Hoy en día Dios tiene u7n destino para las mujeres. Él quiere que sus mujeres sean liberadas para que abran la boca y lamenten contra el mal que el diablo ha puesto en el pueblo de Dios.- Del libro de T.D.Jakes "Mujer eres libre"

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