EL GRAN ACONTECIMIENTO DE LA CONVERSIÓN

¡ Ya te has convertido ! Y ¡ que significado tan precioso tiene ahora para ti la palabra " conversión " !
No se trata de afiliación a una iglesia, a una secta, o a un credo determinados; ni siquiera de conversión al cristianismo, a semejanza de los antiguos cristianos de Tesalónica ( 1 Tesalonicenses 1:9,10 ), tú te has convertido a Dios y a Cristo por el evangelio.

Sentiste el vacío de una vida sin Dios y sin esperanza; viste, a la luz de la santidad perfecta de Jesucristo, que eras un pecador destituido de la gloria divina, y comprendiste que era inútil cuanto pudieras hacer para ganar el favor de Dios por tus buenas obras; comprendiste que solo Cristo podía salvarte.
Entonces sobrevino el momento culminante, clamaste a Cristo con todo tu corazón pidiéndole que te salvara... ¡ Y El te salvó !

Esta experiencia de la conversión puede haberse producido de muy diversos modos, unas veces ha tenido lugar en un culto, en momentos de emoción intensa, cuando el predicador invitaba a las almas a aceptar a Cristo.
Otras veces ha sido en la soledad donde el alma se ha rendido al salvador, en unos casos la conversión fue instantánea; en otros, medio un largo proceso, sin que resulte fácil precisar el día o momento en que la rendición a Cristo tuvo lugar.
En ciertas personas fue acompañada de una gran conmoción sentimental; en otras, la misma experiencia se produjo sin emociones extraordinarias; en las primeras se manifestó de modo preponderante el sentimiento, mientras que en las ultimas influyo mas el razonamiento.
El tipo de conversión de cada persona depende, en gran parte, de su temperamento y de las circunstancias en que tiene lugar.
Pero no olvidemos que el " Espíritu Santo agente divino de la conversión en todos los casos de donde quiere sopla " ( Juan 3:8 ) y hace su obra en los corazones no de modo uniforme, sino como mejor conviene en cada caso.

Nos hemos extendido en las consideraciones anteriores para que ningún creyente se desanime si, al comparar la experiencia de su conversión con las de otros creyentes, nota que en la suya no hubo exactamente las mismas manifestaciones secundarias que hubo en las de ellos.
Lo importante no es el modo de la conversión sino el hecho en sí, al cual llegamos todos por el arrepentimiento de nuestros pecados y la Fe viva en nuestro señor Jesucristo.

Sí, ya te has convertido, al hacerlo, has dado el paso mas trascendental de tu vida, pero, como a menudo sucede al tomar nuestras mayores decisiones, es posible que todavía no vislumbres todo el alcance glorioso de tu entrega a Cristo.

Cuatro grandes cosas han acontecido en tu conversión: Dios te ha justificado, te ha regenerado, te ha hecho hijo y heredero suyo y te ha dado su Espíritu Santo. Shalom

DIOS TE HA JUSTIFICADO

Es muy importante entender bien este primer punto, Dios no solamente perdono tus pecados en el momento en que invocaste el nombre de Cristo, sino que te ha justificado.
¿ Y no es lo mismo ser perdonado que ser justificado ? No exactamente, Dios no podía perdonarnos pasando por alto los eternos principios de su justicia.
El pecador debía ser castigado por su pecado, pues, como dice el apóstol Pablo, " la paga del pecado es muerte " ( Romanos 6:23 ), lo cual implica que el hombre debía quedar excluido para siempre del favor y de la gloria de Dios.

Solo los justos tienen acceso al Dios Santo, ¿ Como podría el hombre, malo por naturaleza, aparecer ante Dios como justo y bueno ?
Esta cuestión ha torturado a los hombres de todos los tiempos, ya en los días patriarcales, Job se preguntaba: ¿ Como se justificará el hombre para con Dios ? ( Job 9:2 )
Ni aun el Todopoderoso podía justificar nos, a pesar de que su amor infinito pugnará por lograrlo, pues su propia palabra declara: " ¡ Ay de los que dan por justo al impío ! " ( Isaias 5:23 )

Sin embargo, su sabiduría admirable ideo el milagro por el cual Dios, sin dejar de ser justo, pudiera justificar al hombre pecador.
El milagro fue la cruz de Cristo, allí el hijo de Dios encarnado, el Dios - hombre, ocupo como sustituto el lugar de los pecadores, sufrió por ellos y obró una perfecta expiación, mediante la cual la justicia divina quedaba plenamente satisfecha.
En virtud de esta obra expiatoria y redentora de Cristo, cuando el pecador acepta por la fe los méritos infinitos de la cruz, es investido por Dios mismo de la justicia perfecta de Cristo, es justificado.
Dios lo ve, no como es por naturaleza, pecador, sino a través de Cristo, como un justo exento de pecado.

Siempre, no obstante, sera importante recordar y hacer énfasis en que esta justificación solo la logramos por Cristo y no por nuestros esfuerzos, sacrificios o buenas obras.
El apóstol Pablo lo expresa claramente cuando dice: " porque por las obras de la ley ningún ser humano se justificara delante de El, siendo justificados gratuitamente por su gracia, por la redención que es en Cristo Jesús, al cual Dios ha propuesto en propiciación por la fe en su sangre, para manifestación de su justicia, atento a haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar su justicia en este tiempo, para que El sea el justo y el que justifica al que es de la fe de Jesús "
( Romanos 3:20, 23-26 ).

" El que no conoció pecado fue hecho pecado por nosotros, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en El " ( 2 Corintios 5:21 ).
" Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro señor Jesucristo " ( Romanos 5:1 ).

¡ Quien sabe cuanto había suspirado tu alma por esa paz sin lograr hallarla !
Pero en el mismo instante en que dijiste con todo tu corazón: " Acepto a Cristo, mi salvador ", Dios perdono tus pecados y te justificó plenamente y para siempre.
La justificación no solo es un acto divino a favor del pecador, sino también, y como consecuencia, un estado del pecador justificado en relación con Dios y ese estado perdura.
Todavía habrá pecado en tu vida, todavía tendrás necesidad de arrepentirte y confesar tus nuevas faltas a Dios y de recurrir a los meritos de Cristo, pero tu posición de pecador justificado nadie la podrá alterar.
¿ Quien acusara a los escogidos de Dios ? Dios es el que justifica ( Romanos 8:33 )
Y a los que justifico, a estos también glorificó ( Romanos 8:30 ). Shalom

DIOS TE HA REGENERADO

¿ Que significa esto ?
Que te ha dado una nueva naturaleza moral, con nuevos deseos, nuevos impulsos y necesidades nuevas que te inducirán a vivir no siguiendo las viejas tendencias de la naturaleza pecaminosa, sino conforme a la santa voluntad de Dios.

Esto era una necesidad imperiosa
Si Dios solamente nos hubiera justificado y no hubiera operado ningún cambio en nuestro corazón, la vida cristiana resultaría imposible, pues la potencia del pecado en nuestro corazón natural ahogaría todo brote espiritual.
Seria inútil todo nuestro empeño por tratar de reformar nos a nosotros mismos y elevarnos moralmente.
Una piedra, por la ley natural de la gravedad, jamas se levantara un palmo del suelo, a menos que una fuerza superior y ajena a la piedra la impulse hacia arriba.
Así el hombre caído, por la ley del pecado que le domina, no puede ascender espiritualmente, no puede cambiar su suerte ni su posición en relación con Dios, a no ser que Dios mismo lo levante.

" Lo que es nacido de la carne, carne es; lo que es nacido del Espíritu, espíritu es, el que no naciere otra vez, no puede ver el reino de Dios " ( Juan 3:6 y 3 ).
Con estas palabras quiso el señor reforzar, en su conversación con Nicodemo, la absoluta necesidad de una regeneración espiritual obrada por Dios en el pecador.

Dios ha efectuado en el creyente este nuevo nacimiento de modo verdaderamente sobrenatural.
El evangelista Juan, refiriéndose a los que han recibido a Cristo como salvador y creen en su nombre, dice: " Los cuales no son engendrados de voluntad de carne ni de varón, sino de Dios " ( Juan 1:13 ).
De este texto aprendemos que esa experiencia de que venimos hablando se realiza en el momento en que una persona recibe a Cristo en su corazón.

Así que ya lo ves, al convertirte, Dios te ha dado un corazón nuevo y una fuerza nueva para que vivas una nueva vida, para que puedas vencer el pecado y obedecer a tu señor.

Necesitábamos que Dios nos librara de la culpabilidad del pecado, por eso nos ha justificado.
Pero necesitábamos asimismo que nos librara del poder del pecado; por eso nos ha regenerado, como consecuencia de esa operación divina en nuestra alma, tenemos una doble experiencia, las cosas pecaminosas que antes nos deleitaban ahora repugnan a nuestro espíritu y las rehuimos.
Por el contrario, las divinas, que antes nos resultaban absurdas y desabridas, son ahora nuestro mayor placer.

Tú veras como de día en día ese cambio se hace mayor, en tus ideales, en tus amistades, en tus lecturas, en tus formas de diversión o recreo, en todo veras que " si alguno esta en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron y he aquí todas son hechas nuevas " ( 2 Corintios 5:17 ). Shalom

DIOS TE HA HECHO HIJO Y HEREDERO SUYO

Imaginemonos a un muchacho pobre, harapiento y, por añadidura, mal educado y vicioso, un día, al pasar por la calle, se cruza con un caballero de porte noble y elevada posición, no le es desconocido; muchas veces el muchacho le ha injuriado, ahora trata de desviar su camino, pero el caballero se le acerca y, tomándolo suavemente del brazo, le dice: " Mira, si aceptas sinceramente mi amistad, te perdono ", el chico vencido por tanta magnanimidad, se arrepiente de su conducta y acepta gozoso el perdón y la amistad que se le ofrece.
Ahora le da mas vergüenza lo andrajoso de su condición y quiere sustituir sus harapos por una indumentaria mas decente.
¿ Como lograrlo ? No tiene ni un céntimo, pero el mismo caballero le proporciona traje, zapatos nuevos y posibilidad de educación, va hacer de él un hombre nuevo.

¡ Admirable ! Pensamos, ¿ Quien podía esperar mas de aquel hombre singular ? Pues todavía la nobleza de su corazón va mas lejos.
" Muchacho dice el joven, ¿ Quieres ser mi hijo ? Si no tienes inconveniente en ello, te adopto como tal ".

Todo eso, en un sentido infinitamente más elevado, es lo que Dios ha hecho por nosotros.
Antes eramos huérfanos espirituales, detestables pecadores que habíamos ofendido a Dios infinidad de veces y huiamos de El.
Pero hubo un día cuando El se cruzó en el camino de nuestra vida y su Espíritu nos asió y ello sobre la base solida de una justificación perfecta por los méritos de Cristo.
Al aceptar nosotros su divino perdón y amistad, nos dimos mas cuenta de nuestra miseria moral; pero El mismo nos cambio mediante su obra de regeneración.
Podríamos así vivir santamente como criaturas redimidas, su gracia sobreabundó de modo maravilloso.
Dios decidió, conforme a su propósito, adoptarnos como hijos suyos por Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad " ( Efesios 1:5 ).

Algunas personas piensan que todos los seres humanos son hijos de Dios; pero no es esta la enseñanza del evangelio.
Todos los hombres son criaturas de Dios, pero no hijos en el sentido moral y espiritual.
Si insistieramos en descubrir nuestra verdadera filiación, hallaríamos con vergüenza que nuestro padre era el diablo ( Juan 8:43 ), pues todos " en otro tiempo anduvimos conforme a la condición de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora obra en los hijos de desobediencia, entre los cuales todos nosotros también vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos; y eramos por naturaleza hijos de ira también como los demás "
( Efesios 2:2 y 3 ).

Como máxima concesión, las personas que viven sin Cristo podrían compararse al hijo prodigo de la parábola, este era hijo en el sentido natural, pero mientras vivió en la perdición, su padre lo consideraba muerto.
Las sagradas escrituras enseñan claramente que solo a aquellos que reciben por la fe a Cristo les concede Dios el privilegio de ser hechos verdaderos hijos suyos
( Juan 1:12 ).

¿ Te detenido a pensar en la magnitud de ese privilegio que has adquirido en el momento de tu conversión ?

El apóstol Pablo sienta las conclusiones lógicas de esta maravillosa acción de Dios cuando dice: " Habéis recibido el espíritu de adopción por el cual Clamamos: Abba, padre; porque el mismo Espíritu da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios.
Y si hijos, también herederos, herederos de Dios y coherederos con Cristo " ( Romanos 8:15-17 ).

Como hijos de Dios, no solo disfrutamos de su protección, su instrucción, su comunión y su gracia, bendiciones todas ellas insuperables, sino que nos hace sus herederos juntamente con Cristo con el propósito de darnos " una herencia incorruptible que no puede contaminarse ni marchitarse, reservada en los cielos" ( 1 Pedro 1:4 ).

La herencia y la gloria de Cristo sera compartida por sus redimidos eternamente, y estamos seguros de que esa gloria excede a toda gloria, como corresponde a Aquel a quien se ha dado " un nombre que esta sobre todo nombre " ( Filipenses 2:9 ).

Así, pues, el momento de tu conversión ha sido infinitamente mas importante que si un multimillonario te hubiera dejado en herencia toda su fortuna, ¡ Hijo de Dios ! ¡ Heredero con Dios de sus riquezas inmensas ! Shalom.

DIOS TE HA DADO SU ESPIRITU SANTO

Lo ha puesto en ti como prenda y sello de tu salvación.
Pablo dice: " Desde que creisteis fuisteis sellados con el Espíritu santo de la promesa, que es en arras de nuestra herencia, para la redención de la posesión adquirida para la alabanza de su gloria " ( Efesios 1:13-14 ).

Esto da a nuestra personalidad un relieve extraordinario, somos propiedad de Dios, pues llevamos su sello.
Pero además de dignificar nuestra personalidad, nos da una garantía de nuestra salvación en Cristo.
En el momento de nuestra conversión, Dios no nos concede todo lo que incluye la salvación.
Solo en la eternidad disfrutaremos de la plenitud de nuestra herencia, pero ya en el instante en que aceptamos a Cristo, Dios nos concede mucho, y lo mas grande de todo es el Don de su Espíritu Santo.

Para hacer posible nuestra salvación, Dios se dio a si mismo en la persona de su Espíritu Santo, parafraseando unas hermosas palabras del apóstol Pablo, podríamos decir: " El que su propio Espíritu no nos negó, antes lo dio en arras de nuestra redención,
¿ Como no nos dará con El todas las cosas ? ".

No es menos importante el hecho de que el Espíritu Santo actúa eficazmente robusteciendo la fe del creyente y ayudándole para que progrese en la gracia y en el conocimiento de Cristo.
El es el que nos guía y corrobora, nos consuela y nos impulsa con potencia divina.
Todo creyente haría bien en leer con detenimiento los capítulos 14 al 16 del evangelio de San Juan, subrayando la acción maravillosa del consolador, sinónimo del Espíritu Santo, en el cristiano.

De Cristo pudo decirse: " Emmanuel, Dios con nosotros", del Espíritu Santo puede afirmarse: " Dios en nosotros ", ¡ Cuanto animo debe infundirnos esta verdad !.

Se cuenta de Julio Cesar que en cierta ocasión, cuando iba embarcado en un pequeño bote, notó inquietud y cierto temor en el barquero a causa del fuerte oleaje, con acento imperial, el regio personaje exclamo: " No temas, llevas al cesar ".

Así tú, desde el momento de tu entrega a Cristo, llevas el Espíritu de Dios en ti, no temas las contingencias de la vida cristiana.
Deja que el Santo Espíritu te guíe en la gran travesía iniciada en el momento de tu conversión. Shalom