lo importante no es "hacer el amor", sino "conocer a quien es Amor"

Así es la vida

lo importante no es "hacer el amor", sino "conocer a quien es Amor"









El otro día me quedé con la boca abierta cuando mi primita de cinco años me presentó a su novio.
Me reí, pero luego pensé en que hoy día es común tener novios desde temprana edad:
primaria, secundaria, ni se diga preparatoria.
Por supuesto que las caricias van subiendo de tono y de tomarse de las manos se pasa a los besos, y luego a las relaciones sexuales.

En las canciones o en la tele a esto se le llama "hacer el amor".
Pero me pregunto: ¿Es esto amor? Si ya he tenido cinco o seis parejas, ¿he querido a una por encima de la otra? ¿Y qué es el amor?
Resulta una palabra complicada ya que engloba muchos conceptos.
Los padres aman a sus hijos, los amigos se aman entre sí, los patriotas aman su país y quizás tú amas un equipo de futbol.

Los griegos, para aclarar el asunto, utilizaron diferentes vocablos para definir los tipos de cariño, y al que analizaremos hoy le llamaron: eros.

El eros es la clase de amor en el que “moran” los amantes, por eso decimos que están enamorados. Conlleva atracción física, compatibilidad emocional y espiritual, y culmina, o debería hacerlo, en el matrimonio. ¿Y cuál es el problema de estos días?


1. Cambiar de parejas es tan fácil y común como comprarte unos pantalones y deshacerte del viejo par.

Los corazones pasan de una a otra relación como si se estuvieran pasando las rosetas o palomitas de maíz en el cine cuando en realidad todo lo que toca el alma deja cicatrices que marcan a la persona de por vida.

Muchos alegan: "Ya lo superé. No me dolió", mientras que su concepto de sí mismos se va degradando y dañando su sensibilidad.


2. Tener pareja equivale a contacto físico.

Notemos algo importante: muchas personas confunden el amor eros con las relaciones sexuales.
Esto es falso ya que puedes tener relaciones sexuales sin amar, y se puede amar sin llegar al contacto físico.
Sin embargo, se oye por allí: "Si me amas, demuéstralo", y esto conlleva desde un beso, hasta ir a la cama.


3. Si no tienes pareja, eres extraño.

Si llegas a los veinte y sólo has tenido una pareja, tus amigos te ven de reojo, tratan de encontrar si eres raro o si caíste de Marte.
No pueden concebir que alguien se mantenga virgen, ni que sea firme en sus convicciones.
Aceptémoslo, la mayoría prefiere ceder, a pesar de sus principios, convirtiéndose en uno más del montón.



¿Qué hacer?

Así le pasó

Se podría decir que prácticamente estaban casados.

En aquellos tiempos, desposarse era como dar el anillo de compromiso y repartir las invitaciones de la boda.

Después de que tus padres elegían a tu pareja (algo que nos pone la carne de gallina de tan sólo pensarlo), se hacía una cena en que las dos familias se reunían con algunas otras que servían de testigos.
El novio le daba un anillo de oro o un documento a la chica prometiéndole que se casaría con ella, luego transcurría por lo menos un año antes de la boda.

Él ya había dado su promesa de casarse con la joven.
¿La amaba? La idea de los orientales era que el amor venía después del matrimonio.
No se quebraban la cabeza viendo si su corazón latía o si existía la química.
Confiaban en que sus padres seleccionarían a la persona correcta.

Sin embargo, el chico tuvo un momento de decisión.
Un día, ella le anunció que esperaba un hijo.
¿Qué? Él estaba seguro que no era suyo.
¡Jamás se había acostado con ella! Tal vez ni siquiera le había dado un beso (otra costumbre que no se practica en muchas culturas).

Entonces, ¿qué hizo? Contaba con la opción de denunciarla ante el pueblo y dejar que la apedrearan.
Otra era romper el compromiso, y fue lo que le pareció más sensato.
Pero aquí viene lo increíble.
Él decidió dejarla secretamente para no avergonzarla.
Por amor, él no deseaba exponerla a burlas o desprecios.

Esa noche se durmió tranquilo por la determinación que había tomado.
De pronto, una luz inundó su habitación.
Abrió los ojos y observó un ángel que le dijo: "José, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es".

¡Un momento! ¿Quería decir el ángel que María había concebido por un milagro? ¿Quería tomarle el pelo diciéndole que ella jamás había tocado a un hombre y aún así estaba embarazada?
Pues José no puso en duda tal declaración.
Tal vez nosotros tampoco lo haríamos si un ángel nos lo anunciara.
Pero yo creo que hubo otra razón.
José confiaba en María y no dudaba de su integridad moral.
Así que recibió a María. Se casó con ella y no la conoció hasta que nació el niño que ella traía en su vientre. Ella fue la madre de Jesús, el Hijo de Dios, y por eso mismo, José la respetó.

sí ahora yo

¡Qué pareja: José y María! No salieron en las portadas de revistas, ni tuvieron una boda con mil invitados, tampoco se compusieron canciones ni se repitieron hasta el cansancio frases melosas.
Ellos se amaron y lo demostraron con acciones.

¿Qué podemos aprender? Recordemos lo que comentábamos al principio.

1. Cambiar de parejas es tan fácil y común como comprarte unos pantalones y deshacerte del viejo par.
Si seguimos la moda y exponemos nuestros corazones a relaciones que sólo nos dañan, sólo nos buscamos problemas.
Los noviazgos no son pantalones. Son relaciones serias que implican tiempo, dinero, esfuerzo, pero sobre todo, seriedad.

Si no estás dispuesto a responderle a tu pareja como José, mejor abstente de herir a otros.
No olvides que todo lo que sembramos, cosecharemos algún día.
Si hoy juegas con los sentimientos de otros, tarde o temprano lo harán contigo.

2. Tener pareja equivale a contacto físico. José no era de piedra.
Esperó un año durante el desposorio, después unos nueve meses a que naciera el bebé.
Pudo haber convencido a María de unas caricias durante el desposorio, total, se iban a casar.
O cuando ya eran marido y mujer, pudo haber exigido sus derechos. No hizo nada de eso. Al contrario, él esperó, y al hacerlo honró a su esposa, al hijo que tendría y a Dios.

Casi nunca pensamos en Dios cuando nos enamoramos o planeamos una relación amorosa.
¡Gran error! Si honramos a Dios durante el noviazgo, ¿no crees que Él, que es poderoso y dadivoso, nos dará matrimonios exitosos?

Respetar a la persona con la que sales hoy, implica reverenciar a quien la creó y la ama más que tú, es decir, Dios.

Desprestigiarla, manosearla o ultrajarla, equivale a ganarte la ira de quien la creó y la ama más que tú, es decir, Dios.

3. Si no tienes pareja, eres extraño.

José no andaba con una pancarta de "perdedor" en la espalda.
¡Todo lo contrario! El mundo entero lo conoce como el padre de Jesús y el esposo de María.
Del anonimato traspasó las fronteras y el tiempo, y todo por honrar a Dios y su propio cuerpo.

Por eso, espera a la persona correcta, a la pareja que estés dispuesto a amar, a respetar y a unirte en matrimonio con ella.

El noviazgo es tan serio como el desposorio de tiempos antiguos.
Si no piensas comprometerte o tomarlo en serio, si tu meta no es casarte, ¿para qué engañar a la otra parte?

Recuerda que lo importante no es "hacer el amor", sino "conocer a quien es Amor".

Autor; Sofía Luján.

Bendiciones. Judith

¿Buscando a tu media naranja?
La idea de tener una alma gemela viene de la creencia griega que al principio de la humanidad cada ser humano tenía cuatro brazos, cuatro piernas y una cabeza con dos caras. El rey de los dioses Griegos temía que los humanos se convirtieran en seres poderosos por lo cual separo el cuerpo en dos, condenando a los individuos a pasar el resto de sus vidas buscando su otra mita para ser completos.

Con el tiempo la idea de la alma gemela ha cambiado para incluir la idea de una alma gemela del sexo opuesto. Hoy en día el concepto de la alma gemela y media naranja significan lo mismo, el creer que alguna parte del planeta existe la pareja perfecta. Una persona con la cual se va hacer compatible en todo, que ama incondicionalmente y con la cual se puede pasar felizmente el resto de la vida juntos.

Si usted está en busca de su media naranja le queremos advertir que este no es un concepto creado por Dios ni es la perfecta voluntad del Creador para una relación de pareja. Por lo cual, cualquier plan ajeno al de Dios para un noviazgo o matrimonio permiten a que la persona sea vulnerable a las heridas y el dolor. Adicionalmente, el desear a la pareja perfecta muchas veces revela que en el corazón de la persona existen temores, egoísmo e grandes vacios.

La persona que busca a la pareja perfecta lo hace porque sabe lo imperfecto que pueden ser las relaciones sentimentales. Es probable que estas personas hayan sufrido o fueron testigos del dolor que se sufre cuando un noviazgo o matrimonio termina. Exigen la perfección en su pareja porque necesitan tener la seguridad que la relación no vaya a terminar en fracaso. El tener estándares altos para una relación sentimental es bueno pero el exigir que una persona sea perfecta es algo irreal. Nadie es perfecto, de hecho la Biblia dice que todos somos imperfectos y se alguien se cree perfecto o piensa que una persona es perfecta esta creyendo una mentira (1 Juan 1:8).

La seguridad en una relación no se debe basar en estándares imposibles de cumplir sino en Dios. Cuando existen dos personas imperfectas que buscan a un Dios perfecto, entonces esa relación, con la ayuda de Dios, se mantiene a pesar de las imperfecciones o desacuerdos. Eclesiastés 4:12 dice que, “Uno solo puede ser vencido, pero dos pueden resistir. ¡La cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente!

Hay personas que están en busca del alma gemela porque quieren encontrar a alguien que les ame incondicionalmente. Muchas veces el “incondicional” es otra manera de decir, “busco a una persona que me ame tal como soy y no estoy dispuesto a cambiar”. La Biblia en 1 Corintios 13 nos ayuda a definir lo que es el amor desde la perspectiva de Dios y en el versículo 5 de este capítulo las Escrituras dicen que “el amor no busca lo suyo”, en otras palabras no es egoísta.

Pablo en Efesios 5 da varios consejos acerca de cómo una pareja puede tener un buen matrimonio y en versículo 20 aconseja que tanto el esposo como la esposa se sometan el uno al otro. Una persona que ama el egoísmo más que el bienestar de su relación, esta encaminándose a un fracaso. Por lo cual sea una persona abierta a hacer cambios positivos que le ayuden a tener una relación donde se practica un amor altruista y no egoísta.

Si usted está en busca de una pareja porque se siente incompleto o insatisfecho con la vida, le queremos dejar saber que el plan de Dios nunca fue el crear a un ser humano para llenar el alma del prójimo. Cuando se busca que una persona sea la que satisfaga el corazón pero no Dios, esto es una forma de idolatría (Éxodo 20:3-5).

En 1 Juan 4:16-17, la Biblia nos dice que todo lo que hay en el mundo es pasajero por lo cual la pareja le satisfará por un tiempo pero eventualmente ningún ídolo va a saciar su alma por completo. Si usted quiere saber lo que es el verdadero amor busque una relación cercana a Dios, Él es amor (1 Juan 4:7-8). Solamente el eterno y poderoso amor de Dios es suficiente para satisfacer el corazón humano.

¿Dónde está su media naranja? No sabemos donde esta esa persona perfecta que jamás le va a fallar, que acceda a ser amada de una forma egoísta y que llene por completo su vida. Lo que sí sabemos es que Dios está cercano a todo aquel que le invoca y cumple los deseos de los que le temen (Salmo 145:18-19). Si usted tiene el deseo de ser amado, saciado y perfeccionado, no busque una media naranja, busque a Cristo. Deléitese en Dios y confié que Él le dará el buen deseo de su corazón de encontrar a ese cónyuge que será de bendición a su vida (Salmo 37:4-5). Por Rudy y Evelyn Kish