No idealice, Ame. "El enamoramiento inicial no es suficiente"

por **Evangelista** Jue 03 Mayo 2012, 12:51 am

El flechazo inicial no es suficiente. Cuando una persona se enamora, no se ha enamorado de otra persona, se ha enamorado del amor, de un ideal, y hay una diferencia enorme entre amar y enamorarse. La confusión surge en el período de conquista porque la atracción que se experimenta es fuerte y tiene apariencia de amor. No obstante, el amor verdadero requiere tiempo para conocer a la otra persona y así apreciarla en su verdadera dimensión. Es decir, para que se convierta en amor se requiere poner el énfasis en la otra persona y no en la satisfacción de mis deseos egoístas. Por eso, la conquista no puede ser algo apresurado.

Luego de experimentar la atracción, deben cultivar una verdadera amistad. El flechazo inicial no es suficiente. No apresure el romance, porque podría lastimar lo que está destinado a ser hermoso. Camine lentamente por el sendero del amor, pague el precio de tener un conocimiento profundo de la otra persona. Sean amigos, proporcione el tiempo necesario para que ambos revelen sus verdaderas intensiones. Aquí median los regalos, el halago, la caballerosidad, la gentileza y las buenas atenciones. Pero también se revela el carácter, el nivel de tolerancia y la capacidad de respetar, además de ser un tiempo para conocer quién es en realidad la otra persona.

Los conquistadores son calculadores, egoístas y autocomplacientes. Utilizan las frases correctas, toman la pose adecuada y dicen lo mismo siempre. En un centro educativo, las amigas ilusionadas con el galán que las estaba conquistando, compartieron los mensajes de texto que les enviaba el misterioso seductor. Para sorpresa de todas, veinte de ellas tenían los mismos mensajes de la misma persona. Sí, veinte estaban siendo conquistadas como si fueran únicas. Pero en realidad eran presa de un caprichoso y egoísta o simplemente de un joven inseguro. En todo caso, no era un buen partido para ninguna.

La conquista no ocurre en oculto, avanza lentamente y recorre el camino del conocimiento mutuo. Se conoce a la familia, a los amigos, se sostienen conversaciones intensas, las cuales hacen que surja una verdadera amistad. Este proceso es el que evidencia si es amor de verdad o un juego de pasiones.

La conquista debe detenerse si la otra persona lo único que desea es pasión, porque se convierte en juego que deja corazones lastimados y heridas profundas.

Una joven contó su historia de la siguiente manera: “Cuando yo tenía 18 años conocí a un hombre de 30 años. Yo trabajaba como secretaria en una oficina, él era un cliente. Llegaba y me trataba amablemente, iba muy seguido. Era alegre, me decía que yo era muy linda. Me invitaba a almorzar pero yo no aceptaba, porque era tímida. Él era un hombre muy apuesto, bien vestido, siempre olía bien. Yo lo admiraba por lo varonil, serio y caballeroso.

Como no aceptaba ir a almorzar, cada tarde me enviaba pastel con yogurt. Eso me encantaba. Cuando yo salía de trabajar, él llegaba y se ofrecía a llevarme a mi casa. Al tiempo de insistir yo acepté. En el camino conversábamos y era agradable.

Yo entraba a trabajar a las 8:00 am y cinco minutos después sonaba el teléfono, era él para decirme: “Hola, espero que tengas un maravilloso día”. Esto hacía que me sintiera halagada.

Al estar pendiente de mí por tanto tiempo, comencé a enamorarme. Un día me pidió que fuera su novia y le pedí tiempo. Lo pensé como un mes; luego le di la respuesta: Si. Me preguntó si tenía que ir a hablar con mis padres, y como yo era una chica de hogar, controlada por mis papás, le dije que sí. Fue a mi casa, habló con ellos y le dieron permiso de visitarme.

continualo....

por **Evangelista** Jue 03 Mayo 2012, 12:57 am

Su madurez me cautivaba. Cada vez me enamoraba más. Luego comenzamos a hacer planes de boda. Soy consciente que yo estaba más ilusionada. Él me decía: “Piénsalo muy bien, mira que esto del matrimonio es muy duro”. Él había convivido con dos mujeres y tiene hijas con ellas. Pero yo decía que no importaba, que todo lo superaríamos con amor. Deseaba tenerlo todos los días, acostarme con él y despertarme viéndolo a mi lado. Mi deseo era vivir con él un sueño de amor. Puro romance.

Yo era muy romántica y me gustaba tener detalles con él, aunque extrañaba que él los tuviera conmigo, pero decía: “después los tendrás”.

Hicimos charlas matrimoniales en la iglesia. Pusimos la fecha y nos casamos. Fue el día más bello. Me sentí totalmente feliz con el hombre que amaba. Ese día dije: “ahora sí, a disfrutar de nuestras relaciones sexuales sin culpa. A disfrutar de nuestro amor”. Con toda la ilusión llegamos a casa, al llegar me dijo que no quería hacer nada porque estaba muy cansado, pero yo insistí. Todo marchaba bien, aunque él era seco conmigo, pero yo lo buscaba siempre.

La semana siguiente comenzó a frecuentar distintos lugares y ya no llegaba temprano a casa. Yo sabía que le gustaban esos lugares, pero pensé que los dejaría cuando nos casáramos.

En el mismo mes de habernos casado comencé a llorar por miedo a estar sola en la casa, lloraba pero no le decía nada. Dos meses después encontré una foto de su ex novia en su billetera. Lloré mucho, le reclamé, pero me dijo que el día anterior se la habían dado y que él la guardó allí. Le pedí que la tirara y me dijo que no, que eso para él no significaba nada, que era sólo alguien a quien apreciaba.

Un día ingresé a su correo electrónico y encontré infinidad de e-mails que él le enviaba, y ella a él. Ella le decía que él iba a ser su amor eterno. Él le contaba en cada correo lo que hacía durante el día.

En un correo quedaron de encontrarse, él le escribió que deseaba verla a solas, textualmente: ¨SOLOS TÚ Y YO¨. Todo esto pasó en cuestión de 8 meses. A mí se me cayó la venda...”

A esta joven le faltó añadir inteligencia y tiempo al enamoramiento, para observar las señales de peligro. Él no tenía el concepto correcto del matrimonio. Era una persona que había convivido con dos damas y de estas relaciones nacieron hijas, en él nunca medió una relación de compromiso. Ella estaba simplemente ante un conquistador experto, quien lo hizo casi todo correcto; fue detallista, visitó la familia para obtener el permiso, hizo el curso prematrimonial y se casó. Pero en esencia, sólo es un conquistador, que al obtener lo que desea, lo desecha y continúa con otra aventura.

Nadie cambia cuando se casa, lo que observa hoy es lo que recibirá mañana. Por lo tanto, nunca se case en función de una promesa de cambio, las personas no cambian al casarse.

Por esto, el enamoramiento requiere del tiempo necesario para conocer bien a la otra persona; sus intensiones, su historia y costumbres. Sobre todo, requiere tiempo para enfriar las emociones y dejar de idealizar a la persona de quien se ha enamorado.

No idealice, Ame. "El enamoramiento inicial no es suficiente"

No idealice, Ame. "El enamoramiento inicial no es suficiente"

Re: No idealice, Ame. "El enamoramiento inicial no es suficiente"