Edificar la imagen de Dios en nuestros jóvenes

por **Evangelista** Dom 12 Mayo 2013, 10:23 pm

Edificar la imagen de Dios en nuestros jóvenes
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Cada momento que estamos despiertos nos hablamos a nosotros mismos.

No solamente yo me hablo a mí misma en mis pensamientos, sino también me hablo en voz alta.

Hago esto tan frecuentemente que a veces no estoy consciente de que estoy realmente hablando en voz alta.

Mi familia y amigos disfrutan escuchando mis conversaciones y muchas veces me bromean por hacer eso.

Ya sea en nuestros pensamientos o hablando en voz alta, la verdad es que todos lo hacemos.

La pregunta es: ¿Qué es lo que estamos hablando y creyendo sobre nosotros?

Alice Smith comparte esto en su libro Beyond the Lie:

“Los psicólogos dicen que la persona promedio se hablan de cuarenta a cincuenta mil cosas a sí mismos diariamente, setenta por ciento o más de las cuales son negativas.

Sin embargo, a los atletas profesionales más excepcionales se les dice que reduzcan su monólogo a veinte mil o menos declaraciones, y menos del cincuenta por ciento son negativas.

El pensamiento positivo enfocado y el monólogo son críticos si usted se quiere mover de la victimización a la victoria.

¿Por qué? Porque ‘fe viene por el oír’ (Romanos 10:17).

Su sistema de creencias se construye sobre lo que usted piensa y lo que se dice a usted mismo, y no solo lo que dice en voz alta.

Es por eso que las palabras de su boca (lo que le dice a otros), las meditaciones de su corazón (lo que se dice usted mismo) y las palabras de otros (a quien usted oye) positivo o negativo, determina grandemente lo que usted piensa, lo que hace y en quien usted se convierte eventualmente.

Lo que usted se habla a sí mismo debe ser siempre aceptable para Dios.”

Lo mismo es verdad para nuestros jóvenes.

Lo que dicen, piensan y creen acerca de ellos forman sus fracasos y éxitos.

Nuestros jóvenes pueden contaminarse ellos mismos o causar una vida hermosa con sus patrones de pensamiento y palabras habladas.

¿Cómo los instruimos a aceptar, creer y afirmarse a sí mismos?

Enseñe a sus jóvenes a pensar positivamente sobre ellos mismos.

Enséñeles la verdad de las bendiciones de la Palabra de Dios.

Enséñeles su identidad en el Señor.

Traiga instrucción de que el pensamiento negativo puede dañar, pero los pensamientos positivos y las creencias traen vida.

Enseñe el poder de la oración.

No les deje compararse con otros, sino entrénelos a ver sus propias fortalezas y a ser felices con quienes son.

Elogie el comportamiento apropiado.

Aliente a su hijo a tener metas a corto plazo y metas a largo plazo.

Inculque la creencia de que estas metas serán logradas.

Demuestre afecto a su hijo. Dele muchos abrazos.

Diga “te amo” y no escatime con estos intercambios.

Diviértase y ríase con su hijo.

Dé a sus hijos algunas palabras positivas que puedan repetir acerca de ellos mismos.

Báselas en la Escritura.

Si su hijo dice frecuentemente “No puedo”, ayúdelo a cambiar, diciendo y creyendo “Yo puedo”.

Regularmente discuta pensamiento positivo y monólogo con su hijo.

Ayude a su hijo a ver que siempre hay una nueva idea o solución a cualquier problema.

En vez de dejar que su hijo se moleste cuando experimente un fracaso, guíelo hacia pensamientos, ideas e imágenes más positivos.

No permita que se quede en lo que pasó.

Muéstrele el aprendizaje que puede obtener de la experiencia y que se mueva a mejores cosas.

Si nuestros jóvenes están hechos para afirmación, entonces deben recibir este tratamiento en sus hogares, iglesias y de sus seres amados.

Seamos quienes influyan en nuestra juventud con palabras y acciones.

Para ver a nuestros hijos desarrollarse en su potencial completo, ellos deben oír palabras afirmativas para edificar su confianza y seguridad.

Edificar la imagen de Dios en nuestros jóvenes 42729511

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BENDICIONES