INVITACIÓN A TOMAR LA CRUZ

por Invitado Vie 24 Mayo 2019, 6:04 am

Tras describir su propio futuro, el señor invitó a los discípulos a seguirle; esto significaría negarse a sí mismos y tomar cada uno su cruz.
Negar el yo significa renunciar bien dispuestos a cualquier pretendido derecho a planear o a escoger, y a reconocer su señorío en cada área de la vida.

Tomar la cruz significa escoger deliberadamente la clase de vida que Él vivió; esto implica la oposición de los seres queridos, el oprobio de parte del mundo, abandonar familia, casa y país y las comodidades de esta vida, una dependencia completa de Dios, obediencia a la dirección del Espíritu Santo, la proclamación de un mensaje impopular, un camino de soledad, ataques organizados de los dirigentes religiosos establecidos, sufrir por causa de la justicia, calumnias y vergüenza, derramar la vida por otros, y muerte al yo y al mundo.

Pero también involucra asirse de la vida misma; significa encontrar al final la razón de nuestra existencia y un galardón eterno.
Retrocedemos instintivamente ante una vida de llevar la cruz; nuestras mentes son remisas a creer que ésta sea la voluntad de Dios para nosotros.
Pero las palabras de Cristo: “ Sí alguno quiere venir en pos de mí… “ signífican: “ Nadie queda excusado y nadie está exceptuado “.

La tendencia natural es la de salvar nuestras vidas con unas existencias egoístas, complacientes, rutinarias, mezquinas; podemos gratificar nuestros placeres y apetitos dándonos a la comodidad, al lujo y al bienestar, viviendo para el presente, dando nuestros mejores talentos para el mundo a cambio de unos pocos años de falsa seguridad; pero con esto mismo perdemos nuestras vidas al perdernos el verdadero propósito de la vida y el profundo placer espiritual que comporta.
En cambio, podemos perder nuestras vidas por causa del salvador; los hombres nos consideran locos si echamos nuestras propias egoístas ambiciones al viento al buscar primero el reino de Dios y su justicia, y entregándonos sin reservas a Él.

por Invitado Vie 24 Mayo 2019, 6:07 am

Pero esta vida de abandono es la vida genuina; tiene un gozo y una santa despreocupación, y una profunda satisfacción interior que se resisten a toda descripción.
Mientras el Salvador hablaba con los Doce, era consciente de que el deseo de riquezas materiales podría ser un poderoso impedimento contra una entrega total.
De modo que vino a decirles: “ Supongamos que pudierais amontonar todo el oro y la plata del mundo, que pudierais poseer todas las tierras y propiedades, todos los capitales y obligaciones, todo lo que tenga valor material y supongamos que en estos esfuerzos por adquirir todo esto os perdierais el verdadero propósito de la vida.

¿ De qué os servíria ? solo podríais tenerlo un tiempo muy corto; luego lo dejaríais para siempre; sería un insensato negocio vender esta única y breve vida por unos pocos juguetes de polvo “.
Otro impedimento para una entrega total a Cristo es el miedo a la vergüenza; es totalmente irracional que una criatura se avergüence de su creador, que un pecador se avergüence de su Salvador.

¿ Quién de nosotros está sin culpa ? El señor reconoció la posibilidad de la vergüenza y advirtió solemnemente en contra de ello; si evitamos la vergüenza con unas vidas de cristianismo nominal, conformándonos con la multitud, Él se avergonzará de nosotros cuando venga en su gloria, en la gloria de su padre y en la gloria de los santos ángeles.
Destaca el triple esplendor de la gloria de su segunda venida como para decir que cualquier vergüenza u oprobio que podamos soportar por Él ahora parecerá una pequeñez en comparación a la vergüenza de los que le nieguen a Él cuando Él aparezca en gloria.

Él había anunciado el inminente rechazo de que iba a ser objeto, y el padecimiento y muerte que iba a sufrir; Él había llamado a sus discípulos a seguirle en una vida de abnegación, sufrimiento y sacrificio; ahora viene a decir: “ ¡ Pero recordad ¡ sí padecéis conmigo, reinaréis conmigo, más allá de la cruz está la gloria; la recompensa está fuera de toda proporción con el precio a pagar “.

¿ Estás dispuest@s a tomar la cruz ? Tania Perez.

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