Misioneros de oración

“ustedes nos ayudan orando por nosotros ….” — 2 Corintios 1:11, NVI
Cuando Kimiko tenía siete u ocho años de edad, sus padres le presentaron una mujer japonesa que iba a las Filipinas como traductora de la Biblia con Wycliffe.
“Mi papi sugirió que toda la familia empezara a orar por la dama,” dice Kimiko. Esto llegó a ser parte de una nueva tradición para su familia. “Todas las mañanas nos reuníamos y estudiábamos la Biblia y orábamos por los misioneros.” Así que, en el 2005 cuando Kimiko decidió, ella misma, unirse a Wycliffe, lo pudo hacer sabiendo que sería sostenida en oración.

El círculo de la oración

Los padres de Kimiko se reunieron con el director de Wycliffe Japón quien los dotó de información sobre la manera cómo empezar un grupo oficial de oración. Después de reunirse con los líderes de su iglesia, la Kesennuma First Bible Baptist Church, formó un inorinowa, un círculo de oración, para orar con regularidad por Kimiko.
Un pequeño grupo empezó a reunirse en la casa de los padres de Kimiko una vez al mes. Usando la guía de oración de Wycliffe Japón, el círculo de oración no sólo oraba por Kimiko, sino también por los pedidos de otros obreros japoneses de Wycliffe que servían en todo el mundo. Su compromiso para orar se profundizó después de que un misionero japonés que trabaja en el sudeste asiático visitó su iglesia. “Nos desafió preguntándonos: ‘¿Te convertirías en un misionero de oración?’” dice la madre de Kimiko.

“Cuando los misioneros regresan del campo y nos dicen lo que está sucediendo—la situación real y cuáles son los obstáculos—entonces sabemos las cosas por las que tenemos que orar,” comparte el padre de Kimiko. Hiroshi Minegishi, pastor de la Kesennuma First Bible Baptist Church también enfatiza la importancia de la oración por las misiones. “Los misioneros no pueden aislarse y hacer la obra. Debido a que hay personas que los apoyan en oración y en el aspecto financiero es que sus necesidades son satisfechas.”

Un movimiento de oración en expansión

Manabu Ishikawa, el director de Wycliffe Japón en esa época, y su esposa Eiko, quien fue la primera coordinadora de oración de Wycliffe Japón, empezaron el primer inorinowa en 1990.
Se escogió el nombre inorinowa porque en japonés éste comunica la idea de un círculo de oración y la idea de que las oraciones son continuas e interminables– al igual que la oración incesante de la que el apóstol Pablo da explicaciones en el quinto capítulo de 1 de Tesalonicenses.
Keiko Doi, el director de cuidado de los miembros y coordinador de oración para Wycliffe Japón, recopila los pedidos de oración en un folleto que se distribuye tres veces al año a los círculos de oración así como a otras iglesias e individuos que hacen pedidos. “Recogemos los motivos de oración de cada miembro del staff de Wycliffe Japón: salud del miembro, educación de los hijos, proyectos, traducción, alfabetización, personas con las que trabajan, padres de los miembros en Japón, y sus iglesias locales,” explica Akira Doi, el actual director de Wycliffe Japón.

Temas de oración

“La traducción de la Biblia es obra de Dios,” dice Akira, “Necesitamos su fuerza para realizarla.”
Akira comparte que su énfasis de oración encaja bien con el valor que la iglesia japonesa ya tiene por la oración. Él dice: “Al igual que los cristianos respiran, los cristianos [en Japón] oran.”

“Satanás no quiere que las personas tengan la Biblia, así que él trata de detener el trabajo de traducción,” dice NozomiKume, un miembro del staff de Wycliffe Japón. “Pero, el poder de la oración es más fuerte que la obra de Satanás.”
En la experiencia de Kimiko, los círculos de oración, como el de su hogar en Kesennuma, le han brindado una importante forma de apoyo a ella. “A veces me siento muy cansada,” confiesa. “Ni siquiera tengo la energía para orar. Es muy importante para mí, en lugar de orar sola, que otros continúen orando por mí. Es alentador y sustenta mi fe y trabajo en el campo.”
Al comprometerse a orar, estos creyentes, aunque nunca hayan salido de Japón, se han vuelto misioneros de oración. ¿Quisiera usted volverse un misionero de oración también?


por Alan Geiger