Esa Sangre Preciosa

por **Evangelista** Vie 20 Dic 2013, 10:47 pm

Esa Sangre Preciosa

Escrito por Pastor Luis A. Coria

El plan de salvación de Dios está basado en la sangre de Cristo, pues no era suficiente sólo la obediencia de Jesús, sino que era necesaria su obediencia hasta la muerte en la cruz; debía derramar su sangre, y si no lo hubiera hecho el plan de salvación no hubiera estado completo, de manera que todo lo que tenemos, y todo lo que podemos llegar a ser en Cristo está basado en la sangre que fue derramada por nosotros.

Frente a esto, no podemos dudar que la sangre de Jesucristo es el regalo más valioso que el Padre le ha dado a su iglesia, sin embargo, son pocos los cristianos que entienden realmente su valor.

Los cristianos cantan sobre el poder de la sangre diciendo: Hay poder, poder, sin igual poder, en la sangre de Jesús, pero la realidad nos muestra que la mayoría de los creyentes rara vez entran en el poder de esa sangre, y es sencillamente porque no comprendemos el tremendo significado que esta sangre tiene, y simplemente clamamos a ella como si fuera una formula mágica de protección sin poder explicar su gloria y beneficios.

Leamos la Palabra de Dios en Apocalipsis 12:10-11

“Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía:

Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche.

Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte”.

Cuando los Israelitas estaban cautivos en Egipto, la última plaga fue la muerte de los primogénitos, pero no fue porque el hecho de ser Israelitas por lo que el ángel de la muerte no entró a sus casas, sino que lo único que lo detuvo, fue la sangre puesta en los dinteles de las puertas,

“La sangre os será por señal en las casas donde vosotros estéis, veré la sangre y pasaré de largo entre vosotros, y no habrá entre vosotros plaga de mortandad cuando hiera la tierra de Egipto” Éxodo 12:13,

y no es el hecho de ser cristiano lo que te salva,

es el hecho de entender el poder de la sangre de Jesús.

Como cristianos y como iglesia hemos descuidado, y quizás hasta menospreciamos el poder de la sangre de Cristo al verla como algo que sirvió para perdonar nuestros pecados hace dos mil trece años en la cruz, lo vemos como algo que pasó y no tiene una aplicación para nuestros días porque ya recibimos el beneficio que era ser salvos, no hemos notado que la sangre de Jesús se aplica y nos sirve hoy; de manera que así como la sangre física corre en el cuerpo y lo mantiene vivo, la sangre de Jesús es la responsable de mantenernos espiritualmente vivos.

La sangre de Jesús fue derramada por nosotros siete veces, donde debemos tener en cuenta que siete en la Biblia es número de plenitud, de perfección, que no hace falta nada más, y de igual manera no hay nada que la sangre de Cristo no cubra.

continuamos

por **Evangelista** Vie 20 Dic 2013, 10:51 pm

Es así que ofendemos a Dios cuando queremos hacer un sacrificio derramando parte de nuestra sangre para limpiar nuestros pecados; las personas que sangran de rodillas piensa que de alguna manera Dios le dirá que eso es agradable y les va a recompensar por su acción, pero está equivocada porque le está ofendiendo, le está diciendo

“la sangre de Cristo derramada en la cruz no pudo hacer nada con mis pecados, sin importar cuán perfecto fue el sacrificio de Jesucristo, de manera que yo creo que necesito hacer algo por mis propios pecados”.

Dios no quiere sacrificios de hombre, no quiere que seamos religiosos sino que entendamos que debemos estar bajo la sangre preciosa del Cordero de Dios, para que el Padre no vea nuestra carnalidad, sino la sangre que fue derramada en la cruz.

En el Getsemaní “se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle.

Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra”

Lucas 22:43-44; al estar con la angustia de haber tomado sobre si la presión del pecado de toda la humanidad, la angustia de tomar nuestras rebeldías, pecados, la maldad de la humanidad, del que asesina, del que viola, de aquel que hace pedazos a otro ser humano incitándolo al alcohol, o la droga, o la prostitución, o cualquier pecado.

Al asumir el peso de esos pecados como si Él mismo los hubiese cometido, aunque Él no pecó, oraba a su Padre, comienza a sudar y su sudor se transforma en gotas de sangre, y esto es que el castigo de nuestra paz que fue sobre Él, con esa agonía estaba pagando por nuestra paz, estaba pagando el precio más alto que alguien pueda pagar para que no vivamos en aflicción.

Y “Pilato, queriendo satisfacer al pueblo, les soltó a Barrabás, y entregó a Jesús, después de azotarle, para que fuese crucificado”

Marcos 15:15, su espalda fue azotada, herida, y sangró para que el Padre garantizara que nunca nos abandonará,

las personas pueden prometernos que nunca nos dejarán y que nos apoyarán,

pero si se hace algo que no les desagrada dan la espalda al amigo.

Los estudios bíblicos dicen que Jesús sangró de su espalda porque Dios tuvo que darle la espalda a su hijo para mostrarnos a nosotros el rostro, tuvo que castigarlo a Él para podernos justificar; por eso

“estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro”

Romanos 8:38-39.

Continua...

por **Evangelista** Vie 20 Dic 2013, 11:08 pm

La sangre de Jesucristo me garantiza que el Padre siempre será fiel, estará presente, no abandonará la obra de sus manos que empezó por mí, en ti, y en cada uno, sino que la va a perfeccionar hasta el día de la segunda venida de Cristo.

“Llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados”1 Pedro 2:24,

y si creo que la sangre me limpia de todo pecado, por ese mismo poder también debo creer que está presente para sanar; esas llagas nos aseguran que por sus heridas fuimos curados

y no debemos vivir atemorizados ya que Él pago el precio por nuestra sanidad.

También los sermones cristianos y los estudios bíblicos con enseñan que

“los soldados le llevaron dentro del atrio, esto es, al pretorio, y convocaron a toda la compañía.

Y le vistieron de púrpura, y poniéndole una corona tejida de espinas” Marcos 15:16-17,

y allí Jesús sangró, y esa sangre nos dice que tenemos la mente de Cristo para entender su voluntad y su propósito para su gloria si estoy bajo la autoridad de Jesucristo.

A Jesús lo ponen en la cruz, le colocan los clavos y las manos de Jesús sangraron para que podamos levantar manos santas ante Él, para que podamos levantar las manos y decirle al Padre que no estamos derrotados sino que levantamos nuestras manos en señal de victoria porque las manos de Jesucristo sangraron para que hoy podamos levantar manos santas y limpias en adoración y decirle

gracias por todo lo que hiciste, haces, y harás por mí.

También nos dicen los estudios bíblicos que le juntaron sus pies y lo clavaron a la cruz; allí sangró, y esa sangre me dice que puedo acercarme y caminar con libertad al trono de la Gracia ya que los pasos de los obedientes son ordenados por el Señor, de manera que su caminar es agradable delante del Señor, siendo, por la Sangre del Señor, benditos los pies de los que anuncian las buenas nuevas de salvación; por la sangre derramada en la cruz podemos levantarnos, y avanzar para acercarnos a Dios y hacer su voluntad.

Cuando estaba en la cruz, le ordenaron a los soldados le quebraran las piernas, pero a Él no se las quebraron porque notaron que ya estaba muerto pero para asegurarse, el soldado tomó una lanza y la clavó en su costado y sangre y agua salió de esa herida.

Cuando ese costado fue traspasado, el soldado fue bañado con aquella sangre, lo que nos dice que la Sangre del Hijo de Dios fue derramada por todos nosotros, y que estamos bajo su protección mientras permanezcamos a su lado; fuimos sentados en los lugares celestiales juntamente con Cristo, y nos ganamos ese derecho cuando Jesucristo derramo su sangre preciosa por nosotros.

Dios nos ve a cada uno de nosotros a través de la sangre de su hijo Jesús, Dios no ve los pecados, sino ve la sangre que habla mejor de la de Abel, porque la de Abel pide justicia, mientras que la de Jesús dice

“perdónalos porque no saben lo que hacen”.

La Sangre de Jesús, la sangre del Cordero de Dios, fue derramada por nuestros pecados, fue derramada por los asesinos, por los violadores, por los traficantes de personas y droga, por los golpeadores, por los destructores de matrimonios, de los hijos, y de la misma iglesia, la sangre de Cristo fue derramada por ti, por mí,

y por cada uno de aquellos que han creído y recibido a Jesucristo como su único Señor y Salvador personal.

Y cuando Cristo levanto la copa en el día de Pascua, dijo:

“Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama” Lucas 22:20,

y nosotros recordamos su sacrificio cada vez que tenemos santa cena, hoy estamos en un pacto nuevo con Jesucristo, un pacto sellado con su propia sangre, y cuando su preciosa sangre es rociada en nuestra alma es con el propósito de tener purificación, para que podamos ir sin temor a la presencia de Dios y tener comunión con Él.

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