¿Realmente quieres escuchar la verdad?

por **Evangelista** Sáb 19 Nov 2016, 10:51 pm

¿Realmente quieres escuchar la verdad?

Las 8 parejas de nuestro grupo pequeño se acababan de marchar a sus casas y, estaba yo con mi esposa, al final de lo que podría describir como: 'un día bueno, pero largo', de esos cuando estás contento pero zombi, y ya para acostarnos, se me ocurrió la gran idea preguntarle:

-"Stefany, ¿qué te pareció el grupo de esta noche?"

Me sorprendió su respuesta: "¿Realmente quieres escuchar la verdad?"

-Sí, claro. Respondí. -"Bueno, hay ciertas cosas que tú haces, que creo que..."

Después de escucharla decir algunos puntos negativos sobre la forma de conducirme esa noche, Dios sabe que, en mi interior, quiso brotar un mounstrito de palabras sarcásticas, de esas que saben construir una segura e impenetrable pared de defensa cuando te sientes atacado.

Sabía que tenía dos opciones: "vida y bendición" o "muerte y maldición".

Gracias al Espíritu Santo por vivir dentro de nosotros, porque lo escuché susurrarme en ese instante: "Daniel, elige la vida, no te hagas la víctima, toma sus críticas a bien".

¿Quieres saber en qué terminó esto?
Pues... seguimos casados. Y, en realidad, ¡tuvimos una de las conversaciones más enriquecedoras y satisfactorias en tiempo! ¡Gracias a Dios por una esposa como la mía!

Habrán momentos en la vida cuando Dios encontrará una oportunidad para mostrarnos algo y preguntarnos: ¿Quieres que te diga la verdad acerca de tu carácter o las decisiones que tomaste o vas a tomar?

Precisamente porque Dios nos ama ferozmente, quiere que nuestro propósito se extienda y podamos vivir una vida que pueda transmitir y contagiar vida a otros.

Algunas veces Él nos guiará hacia nuevas direcciones al mostrarnos su perspectiva sobre algo. Y aunque una corrección pueda parecer no agradable, ¡Dios corrige a quien ama!

»Porque Dios corrige y castiga a todo aquel que ama y que considera su hijo.»
(Hebreos 12:6 TLA)

Dios desea ayudarnos a enderezar ciertas áreas, no porque es rigido y quiere encerrarnos en la mentalidad del que persigue el perfeccionismo en sus propias fuerzas, sino porque sabe que cuando vivimos en sus propósitos, y descansamos en Su poderosa obra perfeccionadora en nosotros, no va a haber mejor vida que ésa!

Ps. Daniel Gutiérrez. Surco