UN CAMINAR EQUIVOCADO

Muchos dicen que son de Cristo;
Aunque no lo reciben porque no dejan sus pecados ni permiten que El reine sobre ellos.

Todos los hijos de Dios son nacidos de nuevo, este nuevo nacimiento es por medio de la palabra de Dios.

Jesús lavo los pies de los discípulos para enseñarnos a pensar que nada nos rebaja y para presentarnos el valor del lavado espiritual y la limpieza del alma de las contaminaciones del pecado.

El padre es el dueño de la vid, nunca hubo un dueño tan sabio, tan cuidadoso con su viña como Dios por su iglesia, por eso debe prosperar, debemos ser fructíferos.

El cristiano tiene que tener temperamento, disposición y una vida cristiana, debemos honrar a Dios y hacer el bien, esto es, llevar frutos.

Muchos fueron negligentes con su deber y el rebaño fue muy dañado por su descuido, los malos principios son la raíz de las malas costumbres.

El señor sabe a quienes ha escogido y esta seguro de ellos, igual ellos saben en quien han confiado y están seguros de El, pues cristo es el buen pastor.

Jesucristo es la vid y los creyentes son los pámpanos;
La raíz no se ve y nuestra vida esta escondida con Cristo, la raíz sustenta al árbol, le difunde la savia, y en Cristo están todos los sustentos y provisiones.

El amor de Cristo por nosotros debe llevarnos a amarnos mutuamente, esto abarca muchos deberes.

Si el Espíritu esta en nosotros, Cristo esta en nosotros;
La regeneración por el Espíritu Santo trae al alma una vida nueva y divina, aunque nuestro estado sea débil, los santificados tienen el Espíritu de Dios que da testimonio a sus espíritus que les da paz a nuestra alma.

El bautismo enseña la necesidad de morir al pecado y resucitar para andar con Dios en una vida nueva, los profesantes impíos pueden tener la señal de una muerte al pecado y de un nuevo nacimiento a la justicia, pero nunca han pasado de la familia de satanás a la de Dios.

Como recurrir a Dios en los problemas y como comportarnos en las circunstancias prosperas y adversas.

Los santos necesitan nuevas provisiones de la gracia del Espíritu y deseos de crecer.

Las bendiciones celestiales y espirituales son las mejores, con las cuales no podemos ser miserables, pues somos apartados para Dios y santificados por el Espíritu Santo, como consecuencia de nuestra elección en Cristo.

Los cristianos debemos andar mas cerca de Dios en la obediencia del evangelio, los que tienen el Espíritu Santo son capaces de despreciar las cosas terrenales y desear las celestiales.

¿ No deberíamos poner nuestros afectos en aquel mundo y vivir por encima de este ?.