¿qué tenemos de lo que debamos estar orgullosos?

“Por lo tanto, si han recibido alguna consolación de Cristo, y si tienen alguna comunión en el Espíritu, y si poseen algo de afecto y compasión; entonces tengan el mismo sentir y el mismo amor. No haciendo nada por egoísmo, o por rivalidad, o por vanagloria. Sino que con actitud humilde cada uno de ustedes considere al otro como más importante que a sí mismo, no buscando cada uno sus propios intereses, sino más bien los intereses de los demás.

Así pues, que en ustedes se pueda encontrar el mismo sentir que hubo en Cristo Jesús, el cual, aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse, sino que Se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres. Y hallándose en forma de hombre, se humilló El mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 

Porque como esta escrito en otra parte; Cristo en los días de Su carne, aunque era Hijo, aprendió obediencia por lo que padeció; y habiendo sido hecho perfecto, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen. Y habiendo ofrecido oraciones y súplicas con gran clamor y lágrimas al que lo podía librar de la muerte, fue oído a causa de Su temor reverente.

Por lo cual Dios también Lo exaltó hasta lo sumo, y le confirió el Nombre que es sobre todo nombre, para que al nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en el cielo, de los que están en la tierra, y de los que están debajo de la tierra. Y para que toda lengua confiese que Jesucristo es Señor, para la gloria de Dios Padre.

Así que, ocúpense en su salvación con temor y temblor. Porque incluso Dios es quien obra en ustedes tanto el querer como el hacer, y esto lo hace por Su Buena Voluntad.

Y no olviden hacer todas las cosas sin murmurar los unos de otros, y sin discutir los unos con los otros, para que sean irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin tacha en medio de una generación torcida y perversa, en medio de la cual ustedes resplandecen como luminares en el mundo, sosteniendo firmemente la palabra de vida”.


Composición basada en Filipenses 2: 1 al 16 y Hebreos 5: 7 al 10.

Porque incluso Dios es quien obra en ustedes tanto el querer como el hacer, y esto lo hace por Su Buena Voluntad.