¿Qué nos depara este año 2020?

¿Qué nos depara este año?

He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo (Apocalipsis 3:20).

Reflexión: ¿Qué nos depara este año? No podemos contestar esa pregunta, nadie puede decir que sabe exactamente qué le sucederá este año, pero lo que sí sabemos es que tenemos un Dios misericordioso que nos ama, que si se lo permitimos va a cuidar de nosotros y nos va a acompañar en cada paso que demos este año, así que encomendemos nuestras vidas a Jehová, dejemos en sus manos este año que comienza, permitámosle a nuestro Padre ser el Señor, el guía en cada área de nuestras vidas. Digámosle al Señor “Padre, sé que este año traerá consigo nuevas aventuras, nuevos desafíos, traerá momentos maravillosos, pero también momentos difíciles, traerá tentaciones que con tu ayuda puedo vencer, así que te ruego Padre amante que me acompañes en cada día de esta hermosa aventura que acaba de empezar, ayúdame a tomar las mejores decisiones, condúceme por los mejores caminos, dame la fortaleza para superar cada obstáculo, no permitas que nada me derrumbe, mantén mi vida en tus manos, acobíjame con tus brazos protectores, bendice oh Padre mío cada día de mi vida”. Es momento de decirle a Jesús “Cristo, tú que diste tu vida por mí, tú que me amas con tu amor infinito, enséñame a ser como tú, te abro la puerta para que entres a mi vida, para que me acompañes en este nuevo año y me enseñes a vivir bajo la gracia de Dios, enséñame a ser mejor persona, a dar al mundo lo mejor de mí, enséñame a amar, a perdonar y a servir como tú lo haces. Jesús, ayúdame a controlar la ira, la tristeza, el dolor, el rencor, entre otras cosas, ayúdame a mejor los aspectos negativos de mi vida, pues tú más que nadie conoces mis defectos, enséñame a reflejar cada día más tu maravillosa personalidad” y al Espíritu Santo “te pido que mores en mí, que seas mi guía, la voz de mi conciencia, que me recuerdes cada día las enseñanzas de Jesús, sé mi consejero y ayúdame a discernir de la mejor forma”. No nos afanemos por lo que sucederá este año, preocupémonos por recorrerlo de la mano de Cristo Jesús, bajo la Gracia de Dios y la dirección del Espíritu Santo. Dios te Bendiga.

Juan Suárez Arencibia