MIS DOS ÁRBOLES

por **Evangelista** Vie 26 Jul 2013, 1:47 pm

MIS DOS ÁRBOLES

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Estos dos dibujos los publico para que reflexionemos sobre nuestras vidas de fe cristiana, o sea, nuestras vidas, la vida.

Son testimonio gráfico de la invitación que recibí de Dios para una revolución en mi desarrollo personal.

Después de 30 años de fe cristiana, nacida de nuevo, bautizada en aguas, en el Espíritu Santo, miembro activa de diferentes movimientos evangélicos, ME DI CUENTA de que había guerra civil operando dentro de mí.

Eso ocurrió hace años, en medio de una época de cambios y desafíos personales y como familia.

Intentando conocer a Jesucristo, mi Salvador, a través de mis recursos humanos.

Parcheando mi vida religiosa con buenos pensamientos bíblico.

Engrosando la grasa de mi egocentrismo con obras de piadosa apariencia.

Fue duro para mí comprender que mi imagen cristiana tenía un raquítico crecimiento; buenas dosis de cargas de emoción, pero sin mucho fruto del Espíritu.

Mis escritos, forma de hablar, puntos fuertes y débiles, por los años siempre eran casi los mismos.

Mi noción del amor de Dios se mantenía en el mismo nivel, casi, desde el año 78, cuando me convertí a la fe cristiana.

El primer árbol es como me sentía, siempre llena de deseos y objetivos por cumplir.

Con un run run de insatisfacción en mi interior. De una “fe” exaltada y emocional a fases de depresión e incredulidad, en fin, una veleta llevada por cualquier viento de circunstancias.

Eso sí, Dios en el centro, como escaparate bien decorado y abierto al público, a Dios y “mi” fe en Él, una tarjeta de presentación, que más bien era un escudo anti-persona, para que nadie intentara profundizar demasiado en “mi” vida privada.

¿Justificación propia?, casi seguro que era eso.

El segundo árbol: Roger y yo recibimos juntos como pareja e individualmente, una fresca revelación del amor de Dios, del señorío de Cristo.

Fue demoledor para toda nuestra estructura religiosa interior de tantos años.

Renovamos nuestro pacto con Dios, nuestro Padre amante.

La revelación de Su amor incondicional nos conquistó y empezó a derribar todas las murallas de dureza y decepción, y la reconquista del Espíritu Santo continúa, y continuará hasta que Cristo vuelva.

Pero ya derribamos todos los altares de culto a doctrina de hombres y al obrar fuera de Su señorío.

Tras una etapa de entrenamiento y trato del Espíritu, intensa y dura muchas veces, mi vagar espiritual llegó a su final.

El descanso interior, gozo y sentido de propósito, tan anhelados, los encontré en los brazos de Jesús y aprendiendo a funcionar bajo Su señorío.

Cierto día recibí una visión parecida al segundo dibujo.

En él, Jesús me mostraba que quería ser la raíz, el tronco, las hojas y los frutos de mi vida.

Esta nueva vida no es otra que la suya fluyendo en mí.

Soy yo, pero en Él. Es Él, pero conmigo y en mí.

Por eso los frutos de este segundo árbol salen espontáneamente, es más, no dan abasto de la abundancia.

La necesidad ahora es compartir, canalizar porque el árbol tiene tanta vida que el fruto empuja una cosecha tras otra fuera, y mi única obligación es obedecer a Jesús por amor, y quitarme de en medio, para no ser un estorbo.

La vida independiente , centrada en mi tonto yo, tiene que mantenerse muerto, pues Cristo es quien vive en mí en este árbol de La Vida.

Él “De Mí procede tu fruto”, Cristo en mí, la esperanza de gloria.

Espero que disfrutéis este mensaje y los dibujos, y que sirvan de estímulo para una nueva primavera espiritual en cada uno de los amigos que lo lean.

Antonia Espejo

Ministerio Mover del Espíritu Santo en España Hoy.