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La Verdad Secuestrada Parte 6 de 12 Por Ignacio García
Foro Huellas Cristianas La Salvación es para Todos :: FORO DEBATES - DOCTRINA CRISTIANA :: Movimientos de Sectas y Religiones
Página 1 de 1.
La Verdad Secuestrada Parte 6 de 12 Por Ignacio García
La Verdad Secuestrada Parte 6 de 12 Por Ignacio García.
:barra5:
Recordando la regla admirable
En la introducción a la parte 4/12 se ha señalado que una institución religiosa entre nosotros posee una regla que a mí me parece admirable por su ajuste a la rigurosidad, y que se aplica en supuestos casos de milagros y sanaciones. En resumen, la regla se expresa así:
“Cualquier manifestación milagrosa que esté al alcance de ser reproducida por el hombre, debe ser puesta en duda.”
La regla es muy útil cuando se trata de verificar la milagrería que puede estar contaminada por existir infinidad de trucos, imitaciones, teatro y parafernalia --y en la que, cuando alguien está dispuesto a ofrecer pruebas, éstas pueden ser fácilmente fabricadas por cualquier ser humano.
El recordatorio de esta regla sirve como punta de lanza a lo que el lector leerá enseguida.
La iglesia ideal
La Christian Brotherhood (Hermandad Cristiana --que por facilidad la llamaremos aquí simplemente HC) es una institución cristiano evangélica (de corte pentecostal moderado) con un gran alcance continental; se mueve por territorio de USA así como de casi toda América Latina.
En vez de congregarse en un templo, como lo hace la iglesia tradicional, la HC reúne a sus asistentes en auditorios de gran capacidad a los que se les denomina “Centros de Fe”.
Como su nombre casi lo indica, los centros de fe operan bajo la prioridad de las señales y los milagros.
Dos veces a la semana, cada uno de los encargados (líderes y pastores) efectúan sesiones de sanidad y milagros (o todo lo que pueda caer bajo ese rubro).
A diferencia de otros ministerios que operan en la oscuridad, el ocultamiento y la secrecía, este ministerio es admirable: verifica que lo sucedido como señales y prodigios en sus iglesias sea genuino.
En los Estados Unidos, estos centros de fe reciben a miles cada semana, especial y mayoritariamente gente latina.
En América Latina los congregantes, como es obvio, son nativos del lugar.
Una gran cantidad de todos estos asistentes confiesan (dan testimonio) de haber recibido ‘X’ beneficio sobrenatural, y así queda asentado en un reporte que luego es enviado a la sede central en Nueva York, USA.
En este caso me referiré al proceso de verificación observado en el centro de fe de Filadelfia, USA.
De acuerdo al reporte de este centro, correspondiente a la semana del 6 al 13 de marzo de 2005, se sucedieron: sanaciones de 2 paralíticos, 4 de Mal de Parkinson, 13 de diabetes, 3 aquejados del oído, 6 enfermos de glaucoma (visión perdida), 4 afectados por el sida, 23 de alergias diversas, 36 liberados de demonios varios, y un número indeterminado de otros creyentes que dicen haber recibido riquezas, trabajo, aumentos de sueldo o bien algunos dones como el de lenguas, discernimiento, profecía, servicio, sanidad y milagros.

Jesús es mi pastor

Evangelista- Administración de Huellas Cristianas
Re: La Verdad Secuestrada Parte 6 de 12 Por Ignacio García
:barra5:
Lo más sorprendente dentro de la HC es lo que ellos llaman el “Comité de Vigilancia de la Fe y la Doctrina” (COVIFEDOC) que opera en cada centro, y compuesto por 5 hermanos y 2 hermanas de fe probada y trayectoria irreprochable en el evangelio.
¿Cuál es el papel de este comité?
En resumen:
Cuidar la fe y la doctrina;
Poner a salvo la verdad que se dice es de Cristo y la que se anuncia como de hombres;
Dar testimonio de la autenticidad entre lo dicho por los sujetos que se dicen merecedores de un milagro, y la realidad en que se desenvuelven después del prodigio;
Ser fiel de la balanza entre lo que la Biblia enseñanza y lo que la gente practica.
El COVIFEDOC no posee más pretexto para ejercer su norma que la hallada en Efesios 4:11-14, en donde Pablo, al mencionar el papel del ministerio pentagonal (apóstoles, evangelistas, profetas, pastores y maestros), dice que éste se resuelve en los siguientes puntos:
Capacitar a los creyentes para la obra de servicio, edificarlos, procurar su madurez hasta la estatura de Cristo, y evitar que sean ser llevados de aquí para allá por todo viento de enseñanza y por la astucia y los artificios de quienes emplean artimañas engañosas.
Nada más.
Ahora, la tarea general del Comité es muy simple. Tan simple que cualquier iglesia que se precie de ocurrir milagros y señales en sus atrios, podría practicar sin merma alguna a su fe y con una gran aportación a la Verdad de Jesucristo.
Si en los centros de fe, alguien declara ser sano de alguna enfermedad o milagro en su vida, o liberado del demonio o concesión de algún don, el comité verifica, constata, certifica que el tal hecho sea verdadero. Nada más.
De esta forma se evitan corrientes de mentira, engaño, fraude, por los pasillos de la iglesia y se previene que gente abusiva y proclive a mentir esté invocando el nombre de Cristo a la vez que vive una realidad contraria a la verdad del evangelio. Así de simple.
Lo más sorprendente dentro de la HC es lo que ellos llaman el “Comité de Vigilancia de la Fe y la Doctrina” (COVIFEDOC) que opera en cada centro, y compuesto por 5 hermanos y 2 hermanas de fe probada y trayectoria irreprochable en el evangelio.
¿Cuál es el papel de este comité?
En resumen:
Cuidar la fe y la doctrina;
Poner a salvo la verdad que se dice es de Cristo y la que se anuncia como de hombres;
Dar testimonio de la autenticidad entre lo dicho por los sujetos que se dicen merecedores de un milagro, y la realidad en que se desenvuelven después del prodigio;
Ser fiel de la balanza entre lo que la Biblia enseñanza y lo que la gente practica.
El COVIFEDOC no posee más pretexto para ejercer su norma que la hallada en Efesios 4:11-14, en donde Pablo, al mencionar el papel del ministerio pentagonal (apóstoles, evangelistas, profetas, pastores y maestros), dice que éste se resuelve en los siguientes puntos:
Capacitar a los creyentes para la obra de servicio, edificarlos, procurar su madurez hasta la estatura de Cristo, y evitar que sean ser llevados de aquí para allá por todo viento de enseñanza y por la astucia y los artificios de quienes emplean artimañas engañosas.
Nada más.
Ahora, la tarea general del Comité es muy simple. Tan simple que cualquier iglesia que se precie de ocurrir milagros y señales en sus atrios, podría practicar sin merma alguna a su fe y con una gran aportación a la Verdad de Jesucristo.
Si en los centros de fe, alguien declara ser sano de alguna enfermedad o milagro en su vida, o liberado del demonio o concesión de algún don, el comité verifica, constata, certifica que el tal hecho sea verdadero. Nada más.
De esta forma se evitan corrientes de mentira, engaño, fraude, por los pasillos de la iglesia y se previene que gente abusiva y proclive a mentir esté invocando el nombre de Cristo a la vez que vive una realidad contraria a la verdad del evangelio. Así de simple.

Jesús es mi pastor

Evangelista- Administración de Huellas Cristianas
Re: La Verdad Secuestrada Parte 6 de 12 Por Ignacio García
:barra5:
¿Conoce usted a alguna iglesia o ministerio que haga esto?
Entre los puntos que el COVIFEDOC revisa, se hallan los siguientes:
Verifica que el involucrado sea cristiano. Si lo es, su grado de confiabilidad es mayor que el que confiesa que ni siquiera sabe qué es eso; que no le fue presentado el evangelio; que no sabe cómo recibir a Cristo porque lo único que le ofrecieron en el Centro de Fe fue una oferta de sanidad. Aun cuando se declare no cristiano, y de acuerdo al parámetro bíblico, a la persona no se le niega la posibilidad de haber sido sanada (incluso si no conoce de Jesús)
Como sea, a cristianos y no cristianos que se declaran objetos de alguna sanidad, se les pide digan de qué enfermedad han sanado. Se privilegian aquellas enfermedades difíciles de ser ocultadas o que simulan sanar. Si la persona dice haber sanado de una jaqueca, dolor de espalda (a menos que sea crónico) u otro malestar liviano, se omiten para la investigación, dejando a la conciencia de la persona si está diciendo o no la verdad acerca de su sanidad.
Una vez declarada la enfermedad de qué sanaron, se inicia una investigación de antecedentes de salud, expedientes médicos, testigos entre amigos y familiares, para verificar que efectivamente el enfermo sufría de Parkinson, diabetes, enfermedades coronarias, etc. Una vez pasada esta etapa, un médico del Centro revisa a la persona: la evidencia anterior (enfermedad) contra el chequeo actual arrojan la luz: verdad o mentira. Así de fácil.
Ahora, si se trata de uno que dice haber sido liberado de algún demonio, se le pregunta en qué consistió esa liberación (cómo se sentía antes) y de qué fue liberado. Increíblemente, de acuerdo a reportes, la mayoría de la gente no sabe de qué fue liberada; más bien alguien les dijo (un consejero, un amigo, un maestro) de qué deberían ser liberados; o bien, fueron sugestionadas después de que, a tanto insistir del predicador acerca de demonios, la persona halló una ‘causa’ entre las mil que le mencionaron desde arriba del templete y a micrófono abierto.
Un ejemplo clásico es el de alcohólicos a quienes se les dice que un demonio los posee; pasan a la ‘liberación’ y se los declara ‘libres’.
El resultado ha sido que, en un 99.9% , apenas salen del centro lo primero que hacen es buscar una cantina … para sentirse ‘liberados’ del stress que les han causado tanto grito y sombrerazo desde el templete.
Luego, el comité investiga algo asombroso: la vida espiritual del creyente que se dijo liberado de un demonio.
¿De verdad, si el demonio ya lo dejó, su vida va cambiando y en ascenso a la maduración? O, sí lo ‘dejó’ un demonio pero lo siguen habitando otros de mentira, adulterio, fraude, envidias, borracheras? Porque si no entonces ¿de qué fue liberado? ¿De insomnio?
El comité no avala liberaciones de ‘ataduras del pasado’ y ‘cadenas de iniquidad’ sólo porque una persona sugestionada habla de algo que la Biblia no menciona (recordemos que al centro va gente de todo tipo y no se pueden dar el lujo de seleccionar quién entra y quién no), y luego, peor, el ‘liberado’ sigue viviendo como todo un pagano.
Uno de los mayores trabajos del Comité es avalar los testimonios de aquellos que dicen haber recibido un don cuando el predicador hablaba (en el centro, curiosamente, no se imponen manos).
Por ello el comité se limita a unos cuantos casos de estadísticas alarmantes si se toma en cuenta que un alto porcentaje (que casi llega al cien) de los casos, se refiere a falsedades.
Además, la desproporción en el ‘recibimiento de los dones’ es también alarmante: de cada 100 declarantes, el 87% (de acuerdo a estadísticas del 2004) el 87% dice haber recibido el don de lenguas…Un 4% habla de tener el don de discernimiento…Si bien, cuando se les pregunta, sólo 1% sabe acaso qué significa la palabra “discernimiento”; el otro 3% creen que se trata de ‘poder decir lo que va a suceder en la vida de los hermanos” (es decir, adivinar el futuro de los otros). Sólo el 2% dice tener el de profecía.
Las estadísticas de estos centros (y casi seguro de cualquier iglesia de corte carismático-pentecostal) ponen en evidencia las funciones del espíritu (con minúsculas por respeto al Verdadero) quien a la hora de repartir dones da los menos eficientes y deja descobijada a la iglesia, tan necesitada de maestros.
¿Conoce usted a alguna iglesia o ministerio que haga esto?
Entre los puntos que el COVIFEDOC revisa, se hallan los siguientes:
Verifica que el involucrado sea cristiano. Si lo es, su grado de confiabilidad es mayor que el que confiesa que ni siquiera sabe qué es eso; que no le fue presentado el evangelio; que no sabe cómo recibir a Cristo porque lo único que le ofrecieron en el Centro de Fe fue una oferta de sanidad. Aun cuando se declare no cristiano, y de acuerdo al parámetro bíblico, a la persona no se le niega la posibilidad de haber sido sanada (incluso si no conoce de Jesús)
Como sea, a cristianos y no cristianos que se declaran objetos de alguna sanidad, se les pide digan de qué enfermedad han sanado. Se privilegian aquellas enfermedades difíciles de ser ocultadas o que simulan sanar. Si la persona dice haber sanado de una jaqueca, dolor de espalda (a menos que sea crónico) u otro malestar liviano, se omiten para la investigación, dejando a la conciencia de la persona si está diciendo o no la verdad acerca de su sanidad.
Una vez declarada la enfermedad de qué sanaron, se inicia una investigación de antecedentes de salud, expedientes médicos, testigos entre amigos y familiares, para verificar que efectivamente el enfermo sufría de Parkinson, diabetes, enfermedades coronarias, etc. Una vez pasada esta etapa, un médico del Centro revisa a la persona: la evidencia anterior (enfermedad) contra el chequeo actual arrojan la luz: verdad o mentira. Así de fácil.
Ahora, si se trata de uno que dice haber sido liberado de algún demonio, se le pregunta en qué consistió esa liberación (cómo se sentía antes) y de qué fue liberado. Increíblemente, de acuerdo a reportes, la mayoría de la gente no sabe de qué fue liberada; más bien alguien les dijo (un consejero, un amigo, un maestro) de qué deberían ser liberados; o bien, fueron sugestionadas después de que, a tanto insistir del predicador acerca de demonios, la persona halló una ‘causa’ entre las mil que le mencionaron desde arriba del templete y a micrófono abierto.
Un ejemplo clásico es el de alcohólicos a quienes se les dice que un demonio los posee; pasan a la ‘liberación’ y se los declara ‘libres’.
El resultado ha sido que, en un 99.9% , apenas salen del centro lo primero que hacen es buscar una cantina … para sentirse ‘liberados’ del stress que les han causado tanto grito y sombrerazo desde el templete.
Luego, el comité investiga algo asombroso: la vida espiritual del creyente que se dijo liberado de un demonio.
¿De verdad, si el demonio ya lo dejó, su vida va cambiando y en ascenso a la maduración? O, sí lo ‘dejó’ un demonio pero lo siguen habitando otros de mentira, adulterio, fraude, envidias, borracheras? Porque si no entonces ¿de qué fue liberado? ¿De insomnio?
El comité no avala liberaciones de ‘ataduras del pasado’ y ‘cadenas de iniquidad’ sólo porque una persona sugestionada habla de algo que la Biblia no menciona (recordemos que al centro va gente de todo tipo y no se pueden dar el lujo de seleccionar quién entra y quién no), y luego, peor, el ‘liberado’ sigue viviendo como todo un pagano.
Uno de los mayores trabajos del Comité es avalar los testimonios de aquellos que dicen haber recibido un don cuando el predicador hablaba (en el centro, curiosamente, no se imponen manos).
Por ello el comité se limita a unos cuantos casos de estadísticas alarmantes si se toma en cuenta que un alto porcentaje (que casi llega al cien) de los casos, se refiere a falsedades.
Además, la desproporción en el ‘recibimiento de los dones’ es también alarmante: de cada 100 declarantes, el 87% (de acuerdo a estadísticas del 2004) el 87% dice haber recibido el don de lenguas…Un 4% habla de tener el don de discernimiento…Si bien, cuando se les pregunta, sólo 1% sabe acaso qué significa la palabra “discernimiento”; el otro 3% creen que se trata de ‘poder decir lo que va a suceder en la vida de los hermanos” (es decir, adivinar el futuro de los otros). Sólo el 2% dice tener el de profecía.
Las estadísticas de estos centros (y casi seguro de cualquier iglesia de corte carismático-pentecostal) ponen en evidencia las funciones del espíritu (con minúsculas por respeto al Verdadero) quien a la hora de repartir dones da los menos eficientes y deja descobijada a la iglesia, tan necesitada de maestros.

Jesús es mi pastor

Evangelista- Administración de Huellas Cristianas
Re: La Verdad Secuestrada Parte 6 de 12 Por Ignacio García
:barra5:
El Comité ha hecho esto: se acerca a ese último 2% y efectúa una prueba muy sencilla: conocimiento bíblico, impartir la Palabra, didáctica, exhortación, y cosas así, muy simples y prácticas. Curiosamente, la mayoría aprueba.
Otra cosa es cuando se acercan a ese otro 87% que se dice con el don de lenguas. Lo que alarma al comité es que entre todo este 87% no haya ¡uno solo! que interprete las lenguas…El comité deduce, muy acertadamente, que esto se debe a que hablar es fácilmente imitable, pero es casi que alguien pueda interpretar las lenguas a menos que, esta vez sí de verdad, le sea dado por el Espíritu.
Tan existe el don de interpretación que el Comité cuenta con varios creyentes que lo poseen.
Uno de ellos acompaña a los miembros de éste a visitar a los que se dicen con dones.
Una vez instalada en la casa de alguno de ellos, se le pide que por favor ore con ese don, el de lenguas; se le advierte que el intérprete allí presente hará la traducción de lo que se diga en ‘lengua extraña’.
Algunos de los que dicen hablan lenguas, se niegan y ya no quieren seguir, argumentando que eso es de ‘edificación propia’…Otros, incluso entusiasmados, lo hacen sin estorbo alguno.
En la Biblia se habla de lenguas como un hecho no reproducible por el hombre: Pedro no había ido a la academia y aprendido sidonio, para luego ese día engañar a los demás diciendo que hablaba lengua extraña.
Los Hechos de los Apóstoles registran que Pedro hablaba un idioma que todos entendían (hecho moderno que hoy podemos presenciar en la ONU con múltiples traductores y no uno solo). Pero cuando el 87% aquel (o lo que sobra del 87%) se ponen a orar, lo que los miembros del comité y el traductor escuchan es una serie de palabras inconexas, cacofónicas, sin sentido alguno.
En un reporte de 25/09/2003 se lee una nota del traductor que dice:
“Jamás supe qué es lo que el creyente quería expresar en ‘lenguas’ cuando todo lo que alcanzaba a mascullar era:
‘Asha, basha, ole, guacamaya, pasha, usha, basha, urra-camay’ y volvía a repetir varias veces lo mismo”.
Algunos, queriéndose congraciar con el Comité, entran en una suerte de catatonia al tiempo que ‘oran en lenguas’; es decir, se muestran fervientes, extasiados, poseídos por algún espíritu –cosa que el Comité reprueba por tratarse más bien de practicas cercanas al espiritismo y la brujería, o, en su condición menos áspera, a alguna de las prácticas del New Age a la luz del Hare Krshna, Hare Krhsna enseñado por su divina gracia Bakthivedanda Swami.
El Comité ha hecho esto: se acerca a ese último 2% y efectúa una prueba muy sencilla: conocimiento bíblico, impartir la Palabra, didáctica, exhortación, y cosas así, muy simples y prácticas. Curiosamente, la mayoría aprueba.
Otra cosa es cuando se acercan a ese otro 87% que se dice con el don de lenguas. Lo que alarma al comité es que entre todo este 87% no haya ¡uno solo! que interprete las lenguas…El comité deduce, muy acertadamente, que esto se debe a que hablar es fácilmente imitable, pero es casi que alguien pueda interpretar las lenguas a menos que, esta vez sí de verdad, le sea dado por el Espíritu.
Tan existe el don de interpretación que el Comité cuenta con varios creyentes que lo poseen.
Uno de ellos acompaña a los miembros de éste a visitar a los que se dicen con dones.
Una vez instalada en la casa de alguno de ellos, se le pide que por favor ore con ese don, el de lenguas; se le advierte que el intérprete allí presente hará la traducción de lo que se diga en ‘lengua extraña’.
Algunos de los que dicen hablan lenguas, se niegan y ya no quieren seguir, argumentando que eso es de ‘edificación propia’…Otros, incluso entusiasmados, lo hacen sin estorbo alguno.
En la Biblia se habla de lenguas como un hecho no reproducible por el hombre: Pedro no había ido a la academia y aprendido sidonio, para luego ese día engañar a los demás diciendo que hablaba lengua extraña.
Los Hechos de los Apóstoles registran que Pedro hablaba un idioma que todos entendían (hecho moderno que hoy podemos presenciar en la ONU con múltiples traductores y no uno solo). Pero cuando el 87% aquel (o lo que sobra del 87%) se ponen a orar, lo que los miembros del comité y el traductor escuchan es una serie de palabras inconexas, cacofónicas, sin sentido alguno.
En un reporte de 25/09/2003 se lee una nota del traductor que dice:
“Jamás supe qué es lo que el creyente quería expresar en ‘lenguas’ cuando todo lo que alcanzaba a mascullar era:
‘Asha, basha, ole, guacamaya, pasha, usha, basha, urra-camay’ y volvía a repetir varias veces lo mismo”.
Algunos, queriéndose congraciar con el Comité, entran en una suerte de catatonia al tiempo que ‘oran en lenguas’; es decir, se muestran fervientes, extasiados, poseídos por algún espíritu –cosa que el Comité reprueba por tratarse más bien de practicas cercanas al espiritismo y la brujería, o, en su condición menos áspera, a alguna de las prácticas del New Age a la luz del Hare Krshna, Hare Krhsna enseñado por su divina gracia Bakthivedanda Swami.

Jesús es mi pastor

Evangelista- Administración de Huellas Cristianas
Re: La Verdad Secuestrada Parte 6 de 12 Por Ignacio García
:barra14:
Cuando a los creyentes se les indica que el don no puede ser aceptado por imitable, incoherente y nada posible a la interpretación de las lenguas que la Biblia indica, muchos creyentes se molestan y enseguida argumentan que los traductores con su don no entienden lo que ellos oran porque lo que hablan en oración son lenguas angélicas (¡¡¡???).
El Comité no se desespera. Piden al creyente que muestre en qué parte de la Biblia dice eso:
el 99.9% de ese 87% ¡no sabe dónde dice la Biblia eso!.
Enseguida, preguntan a los creyentes si saben cómo suenan las lenguas angélicas (menos saben –internamente comprenden que sus repeticiones a la New Age no pueden ser las angélicas que se comunican y reverencian a Dios).
Finalmente le preguntan al creyente si sabe, en todo caso, cuántos tipos de lenguas angélicas existen: menos de los menos saben…
El Comité le indica al creyente que, de tratarse de lenguas angélicas, debe haber una sola (los judíos dicen que es el Yidish) …O tal vez dos, o tres (concediendo).
Si es así, y tantos creyentes dicen hablar esas lenguas ¿por qué entonces hay como diez mil de esas lenguas de ángeles? (…Y caso de que fueran, claro)
Aún. Otro gran porcentaje de creyentes dice: “A mí no me importa que ustedes digan que no son lenguas angélicas…A mí me edifican”. Pero entonces el Comité va más profundo.
Le pide al creyente que ofrezca una definición de lo que entiende por “edificación”.
El término casi nadie lo sabe…pero pasan a la descripción:
“Me siento emocionado(a); en paz, tranquil(a), como si Dios me oyera muy de cerca o lo estuviera tocando...”
Esto –de acuerdo al Comité—es puro síntoma en la que la meditación trascendental lleva mucha ventaja y tiene logros más plausibles que los descritos aquí; en otras palabras, eso no es “edificación” ni aquí ni en China.
Los resultados
Total, que de todos los supuestos milagros declarados y testificados por creyentes y paganos, sólo un bajísimo porcentaje llega a ser verdad…Lo demás resulta ser pura sugestión, confusiones entre si sucede o no, mal-interpretación, desconocimiento del parámetro bíblico, ignorancia de las Escrituras, concesiones forzadas por miedo a quedar mal con ‘dios’ por falta de fe, equivocaciones honestas o, simplemente, mentiras abiertas y fraudes calculados.
Como sea, la HC a través de su Comité cumple con la honrosa tarea de poner distancia entre lo que es real y verdadero desde la perspectiva bíblica y lo fraudulento y mentiroso que algunos practican, utilizando para ello recursos que se dicen cristianos y, peor, el nombre de Jesucristo para hacer suceder a fuerza lo que no sucede ni en la fantasía.
No niega la HC el registro continuo de sanidades y milagros ni de recibimiento de dones genuinos entre los creyentes.
¿No le gustaría a usted lector un comité como éstos en su iglesia?
Queda claro que no tiene nada de nocivo, por el contrario, lo único que hace es llevar hasta sus últimas consecuencias la pretendida verdad, tanto de los líderes y pastores de sus centros, como la de miles de creyentes que se ufanan de recibir señales y prodigios.
A fin de cuentas, si se habla de que esos hechos son realizados por el Dios de la Biblia ¿qué miedo existe de que a fin de cuentas no fueran sino puros fraudes maquinados por algunos vivales?
Claro, existe una enorme cantidad de líderes a quienes una comisión como éstas no les cae muy bien.
En el mejor de los casos las verificaciones y constataciones de los hechos exhibiría a un montón de ellos como falsos; en el peor, terminaría con el jugoso negocio que resulta el utilizar la milagrería para estafar a la gente con sus diezmos y ofrendas.
Cuando a los creyentes se les indica que el don no puede ser aceptado por imitable, incoherente y nada posible a la interpretación de las lenguas que la Biblia indica, muchos creyentes se molestan y enseguida argumentan que los traductores con su don no entienden lo que ellos oran porque lo que hablan en oración son lenguas angélicas (¡¡¡???).
El Comité no se desespera. Piden al creyente que muestre en qué parte de la Biblia dice eso:
el 99.9% de ese 87% ¡no sabe dónde dice la Biblia eso!.
Enseguida, preguntan a los creyentes si saben cómo suenan las lenguas angélicas (menos saben –internamente comprenden que sus repeticiones a la New Age no pueden ser las angélicas que se comunican y reverencian a Dios).
Finalmente le preguntan al creyente si sabe, en todo caso, cuántos tipos de lenguas angélicas existen: menos de los menos saben…
El Comité le indica al creyente que, de tratarse de lenguas angélicas, debe haber una sola (los judíos dicen que es el Yidish) …O tal vez dos, o tres (concediendo).
Si es así, y tantos creyentes dicen hablar esas lenguas ¿por qué entonces hay como diez mil de esas lenguas de ángeles? (…Y caso de que fueran, claro)
Aún. Otro gran porcentaje de creyentes dice: “A mí no me importa que ustedes digan que no son lenguas angélicas…A mí me edifican”. Pero entonces el Comité va más profundo.
Le pide al creyente que ofrezca una definición de lo que entiende por “edificación”.
El término casi nadie lo sabe…pero pasan a la descripción:
“Me siento emocionado(a); en paz, tranquil(a), como si Dios me oyera muy de cerca o lo estuviera tocando...”
Esto –de acuerdo al Comité—es puro síntoma en la que la meditación trascendental lleva mucha ventaja y tiene logros más plausibles que los descritos aquí; en otras palabras, eso no es “edificación” ni aquí ni en China.
Los resultados
Total, que de todos los supuestos milagros declarados y testificados por creyentes y paganos, sólo un bajísimo porcentaje llega a ser verdad…Lo demás resulta ser pura sugestión, confusiones entre si sucede o no, mal-interpretación, desconocimiento del parámetro bíblico, ignorancia de las Escrituras, concesiones forzadas por miedo a quedar mal con ‘dios’ por falta de fe, equivocaciones honestas o, simplemente, mentiras abiertas y fraudes calculados.
Como sea, la HC a través de su Comité cumple con la honrosa tarea de poner distancia entre lo que es real y verdadero desde la perspectiva bíblica y lo fraudulento y mentiroso que algunos practican, utilizando para ello recursos que se dicen cristianos y, peor, el nombre de Jesucristo para hacer suceder a fuerza lo que no sucede ni en la fantasía.
No niega la HC el registro continuo de sanidades y milagros ni de recibimiento de dones genuinos entre los creyentes.
¿No le gustaría a usted lector un comité como éstos en su iglesia?
Queda claro que no tiene nada de nocivo, por el contrario, lo único que hace es llevar hasta sus últimas consecuencias la pretendida verdad, tanto de los líderes y pastores de sus centros, como la de miles de creyentes que se ufanan de recibir señales y prodigios.
A fin de cuentas, si se habla de que esos hechos son realizados por el Dios de la Biblia ¿qué miedo existe de que a fin de cuentas no fueran sino puros fraudes maquinados por algunos vivales?
Claro, existe una enorme cantidad de líderes a quienes una comisión como éstas no les cae muy bien.
En el mejor de los casos las verificaciones y constataciones de los hechos exhibiría a un montón de ellos como falsos; en el peor, terminaría con el jugoso negocio que resulta el utilizar la milagrería para estafar a la gente con sus diezmos y ofrendas.

Jesús es mi pastor

Evangelista- Administración de Huellas Cristianas
Re: La Verdad Secuestrada Parte 6 de 12 Por Ignacio García
:barra5:
Lo ideal de la Comisión está por otro lado: no entre nosotros
Pero, puntualicemos.
Por muy lamentable que parezca la tal Comisión sólo existe en mi imaginación.
Como tal, parece imposible de existir en nuestras comunidades evangélicas; a pesar de que una de ellas daría certidumbre y confianza de nuestra honestidad cristiana delante del mundo.
Por más lamentable que parezca, sí existe una institución que hace
(acciones más, acciones menos) lo que he narrado líneas arriba: se llama iglesia católica y es supervisada por el Vaticano.
Se puede argumentar aquí que tal organización no es de confianza como para citarse en este espacio.
Pero eso es lo que hace esa iglesia: a la aparición de milagros y señales declaradas por sus devotos, se le opone una comisión investigadora que verifica si los hechos son ciertos –incluso desde el punto de vista científico—o son puras falsedades.
La forma rigurosa en que se establecen los análisis, investigaciones y demás normas de autenticidad, darían envidia a cualquier comunidad científica.
Así, por ejemplo, existen unas, digamos, 10,000 personas hablan de haber recibido un milagro de parte de la virgen de Lourdes.
De los tales, apenas si 10 casos resultan dentro de las normas que se fija esa iglesia; es decir: los acontecimientos provocadores del milagro, no son cosas que un hombre pueda fabricar ni imitar: se suponen hechos sobrenaturales que, luego, son adjudicados a Lourdes…
El grave problema entre algunos cristianos radica en esto: son muy pródigos y fáciles para aceptar milagros y sanaciones provenientes de agoreros que se auto-nombran cristianos, cuya conducta y ministerios no guardan ninguna similitud con los preceptos bíblicos y evidencias falta total de pruebas tangibles en cuanto a las señales que hacen…
Pero, esos mismos cristianos rechazarían las 10 acciones milagrosas registradas a favor de Lourdes por el comité investigador del Vaticano…Y se rechazan sin más criterio de que ellos, los católicos, no están ‘dentro de la verdad’.
Forma difícil y absurda de medir quién sí y quién no tiene la verdad; quien sí y quién no obra milagros y sanidades genuinos.
Entre unos y otros (añadidos aquí el cúmulo de curanderos que sin decirse cristianos también se adjudican milagros entre la gente) uno sólo tiene el recurso de la Verdad que emana de la Palabra de Dios: sin ella nos hallamos sin brújula y desorientados.
Más: nos pone ante el peligro constante de estar siendo partícipes de la mentira; de alentar a líderes, pastores y obispos que sin prueba alguna de realidad introducen entre los creyentes ministerios oscuros que se resisten persistentemente a acercarse a la única Verdad: Jesucristo mismo.
La próxima entrega
Imagine usted a Pablo llegando a Galacia.
El apóstol no sólo encuentra que algunos de los judaizantes quieren que los hermanos se circunciden, sino que otro bando ya les enseña que pueden ser ricos con sólo pedirlo y si dan a los apóstoles su dinero; otros enseñan que deben caerse de espaldas cuando un líder hable; otros se hallan en el suelo revolcándose, y uno grupo más se dedica a orar en lenguas que ni el mismo apóstol entiende…¿Le suena a usted, amable lector?
Lea el Siguiente artìculo 7/12
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Lo ideal de la Comisión está por otro lado: no entre nosotros
Pero, puntualicemos.
Por muy lamentable que parezca la tal Comisión sólo existe en mi imaginación.
Como tal, parece imposible de existir en nuestras comunidades evangélicas; a pesar de que una de ellas daría certidumbre y confianza de nuestra honestidad cristiana delante del mundo.
Por más lamentable que parezca, sí existe una institución que hace
(acciones más, acciones menos) lo que he narrado líneas arriba: se llama iglesia católica y es supervisada por el Vaticano.
Se puede argumentar aquí que tal organización no es de confianza como para citarse en este espacio.
Pero eso es lo que hace esa iglesia: a la aparición de milagros y señales declaradas por sus devotos, se le opone una comisión investigadora que verifica si los hechos son ciertos –incluso desde el punto de vista científico—o son puras falsedades.
La forma rigurosa en que se establecen los análisis, investigaciones y demás normas de autenticidad, darían envidia a cualquier comunidad científica.
Así, por ejemplo, existen unas, digamos, 10,000 personas hablan de haber recibido un milagro de parte de la virgen de Lourdes.
De los tales, apenas si 10 casos resultan dentro de las normas que se fija esa iglesia; es decir: los acontecimientos provocadores del milagro, no son cosas que un hombre pueda fabricar ni imitar: se suponen hechos sobrenaturales que, luego, son adjudicados a Lourdes…
El grave problema entre algunos cristianos radica en esto: son muy pródigos y fáciles para aceptar milagros y sanaciones provenientes de agoreros que se auto-nombran cristianos, cuya conducta y ministerios no guardan ninguna similitud con los preceptos bíblicos y evidencias falta total de pruebas tangibles en cuanto a las señales que hacen…
Pero, esos mismos cristianos rechazarían las 10 acciones milagrosas registradas a favor de Lourdes por el comité investigador del Vaticano…Y se rechazan sin más criterio de que ellos, los católicos, no están ‘dentro de la verdad’.
Forma difícil y absurda de medir quién sí y quién no tiene la verdad; quien sí y quién no obra milagros y sanidades genuinos.
Entre unos y otros (añadidos aquí el cúmulo de curanderos que sin decirse cristianos también se adjudican milagros entre la gente) uno sólo tiene el recurso de la Verdad que emana de la Palabra de Dios: sin ella nos hallamos sin brújula y desorientados.
Más: nos pone ante el peligro constante de estar siendo partícipes de la mentira; de alentar a líderes, pastores y obispos que sin prueba alguna de realidad introducen entre los creyentes ministerios oscuros que se resisten persistentemente a acercarse a la única Verdad: Jesucristo mismo.
La próxima entrega
Imagine usted a Pablo llegando a Galacia.
El apóstol no sólo encuentra que algunos de los judaizantes quieren que los hermanos se circunciden, sino que otro bando ya les enseña que pueden ser ricos con sólo pedirlo y si dan a los apóstoles su dinero; otros enseñan que deben caerse de espaldas cuando un líder hable; otros se hallan en el suelo revolcándose, y uno grupo más se dedica a orar en lenguas que ni el mismo apóstol entiende…¿Le suena a usted, amable lector?
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Jesús es mi pastor

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